La Dirección General de Centros Penales (DGCP) promueve la reinserción de los reos mediante el aprendizaje de un oficio mientras cumplen su condena. Las autoridades buscan además, erradicar el ocio carcelario y generar que los centros penales sean auto sostenibles.
La zona industrial del Centro Penal La Esperanza, del cantón San Luis Mariona, de Ayutuxtepeque, cuenta con una serie de espacios donde los 5,231 reos pueden aprender diferentes oficios para tener herramientas cuando salgan en libertad.
El 100% de los reos se encuentran en actividades educativas y de rehabilitación. Según las estadísticas de las autoridades del penal, 598 reos realizan trabajos de carpintería, corte y confección, piñatería, pintura, serigrafía, y otros.
El ministro de Seguridad, Rogelio Rivas, confirmó esta semana que el próximo 19 de noviembre junto con el embajador de Estados Unidos en El Salvador, Ronald Douglas Johnson, inaugurará la imprenta penitenciaria situada en La Esperanza.
Uno de los espacios más novedosos es la imprenta La Esperanza. En ese lugar, los reclusos aprenden todo el proceso que incluye el funcionamiento de una imprenta desde el diseño de los materiales, pasando por la impresión, corte y pegado de los productos.
El equipo de la imprenta fue adquirido gracias a un donativo de $1.1 dado por la Embajada de Estados Unidos. “Es una gran experiencia la que estamos teniendo en las diferentes áreas de la imprenta, porque uno se siente orgullo de aprender cuando se ve el producto ya finalizado y el cliente satisfecho es una gran alegría”, dijo Luis Mendoza, recluso encargado de la imprenta.
Las autoridades penitenciarias buscan que los reclusos finalizada su condena tengan herramientas de trabajo para incorporarse a la sociedad y sea económicamente activos.