Este aparato representa un símbolo para la comunicación y la globalización en el mundo contemporáneo, aunque se ha convertido en una herramienta de manipulación en ocasiones.
El Día Mundial de la Televisión se celebra cada 21 de noviembre desde 1996, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) instauró el reconocimiento, debido al impacto cada vez mayor que tiene este medio de comunicación masiva en la toma de decisiones de la sociedad.
La organización internacional destacó que la televisión representa un símbolo de la globalización del mundo contemporáneo, así como una posible herramienta de manipulación, usada en muchos casos por los centros de poder para consolidar su hegemonía, desinformar acerca de asuntos de interés y crear opiniones adversas sobre Gobiernos y procesos que pueden, incluso, desencadenar conflictos de diversa índole.
Según la ONU, «su impacto y presencia y su influencia en la política mundial no se pueden negar”.
Noticiarios
Quizás uno de los casos más icónicos de manipulación con el objetivo de lograr que la opinión de los espectadores se radicalice es el del tratamiento de los conflictos árabes por parte de las cadenas estadounidenses y europeas.
“Se centra en la cobertura de la acción que refuerza una idea preconcebida de lo que está pasando. Claro, el Gobierno sirio es malo, según ellos. Creen que todo lo que ocurre ahí es el resultado de lo que Al Assad hace y no hace. Esto es lo que interesa a la gente que quiere intervenir y derrocar a este Gobierno”, afirmó el analista y ex productor del medio estadounidense CNN, Danny Schechter.
Por su parte, el periodista Edwart Mortimer, analizó de manera independiente la cobertura de la cadena británica BBC a los acontecimientos ocurridos en Oriente Medio y denunció el uso indebido del material audiovisual sobre Siria: empleo de imágenes de una masacre perpetrada en Iraq en 2003, para ilustrar la matanza en la ciudad siria de Houla, entre otros casos.
Según el investigador, también con Libia muchos medios occidentales asumieron posturas tendenciosas, en las cuales el Gobierno de Gaddafi era el único culpable del enfrentamiento en el país, obviando las acciones violentas de los rebeldes.
Ficción
No solo cadenas noticiosas asumen estas posturas, ya que buena parte de la programación televisiva, incluso la de ficción, está dirigida a crear terror a la presencia de árabes y, más allá, de rusos, chinos e incluso latinoamericanos en naciones del llamado primer mundo.
Así, las películas y series televisivas, particularmente las relacionadas con temas policíacos y de investigación plantean historias de terrorismo, escenarios de ausencia de democracia y personajes estereotipados como el extremista árabe, el mafioso ruso o el narcotraficante suramericano que ayudan a asentar en los imaginarios populares sentimientos de rechazo hacia naciones y nacionalidades.
En el continente
También en América Latina han ocurrido sucesos desestabilizadores que, al rastrear su origen conducen, entre otros actores, a medios de comunicación masiva al servicio de intereses políticos y militares hegemónicos.
“Los medios privados de Venezuela fueron los protagonistas principales del 11 de abril (de 2002). Fueron el eje articulador que permitió dar un golpe de Estado y venderle a la población venezolana y al mundo que ese día se violaron los derechos humanos, lo que justificaba un alzamiento militar contra el presidente Chávez”, expresó el expresidente de la televisora Venezolana de Televisión (2012-2013), William Castillo.
Castillo señaló a los canales privados Venevisión, Globovisión, Radio Caracas Televisión, Televen, La Tele y otros internacionales como CNN, como parte del eje articulador del que consideró el “primer golpe mediático de la historia”.
Casi una década después, el 30 de septiembre de 2010, cuando miembros de la Policía Nacional ecuatoriana se sublevaron contra el Gobierno legítimo de Rafael Correa, por lo que los medios de comunicación intentaron manipular la realidad, convocaron a la sublevación y al caos, respondiendo a los intereses de quienes abogaban por mantener el status quo.
Los resultados de la Comisión de la Verdad, un dictamen de la Organización de Naciones Unidas y estudios a los medios de comunicación, demuestran que no solo la televisión, sino también la prensa, habían caldeado la opinión contra el Ejecutivo desde meses antes.
Para la ONU, la llamada “caja mágica” llama la atención mundial sobre los conflictos y las amenazas a la paz y la seguridad, desempeñando un papel potencial en la agudización del enfoque sobre temas importantes, incluidos los asuntos económicos y sociales. Sin embargo, esta es un arma de doble filo.