(Por: Róger Hernán Gutiérrez*)
De nuevo vuelven a plantearse diferendos en cuanto al tema de las pensiones; movilizaciones siguen presentándose hacia las instancias que operan el sistema de administración privada; y aquellas instituciones públicas responsables directos del asunto en cuanto a su crisis de todo sentido, principalmente su demanda es por la insuficiencia de beneficios—en tanto que todos los involucrados se quejan, denuncian y demandan que los montos de pensión no son aceptables y que se mejoren de una manera sustancial.
En mucho la discusión legislativa, gubernamental, social y sindical, además de presentarse como algo complejo y de difícil asimilación, donde se responde que claramente el sistema privado de pensiones tal como fue diseñado por el capitalismo corporativo—entendido la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensión-ASAFONDOS—y el sistema financiero incorporado las aseguradoras está en crisis integral, no tiene sostenibilidad financiera, resultado del alto endeudamiento con el Estado que sigue creciendo en tanto se continúa emitiendo certificados de inversión previsional resultado del costo de la transición de un sistema público a uno privado. La cual es necesaria si se quiere mejorar sustancialmente los montos de pensión a tasas de reemplazo arriba del 60%, lo que significa la base objetiva de la demanda del movimiento sindical.
Prestar a diestra y siniestra los fondos de pensión para cubrir otras necesidades como si fuese un banco, no es la mejor salida al asunto en tanto no son para eso; y si no veamos el punto de la reforma, la cual significó retirar hasta un 25% de la cuenta individual, ello automáticamente alarga el período de edad de retiro a 5 años, que es el lapso de tiempo que esperará la AFP para que se devuelva lo prestado, caso contrario el fondo de pensión ahorrado baja sensiblemente la posibilidad de una pensión.
Si queremos hacer el planteamiento objetivo para que el fondo de pensión tenga la capacidad de mejorar sustancialmente la pensión y llegar a una clara suficiencia de los beneficios que se demandan, el factor de rentabilidad y sostenibilidad financiera es básico. En consecuencia cuál debería ser el diseño para poder lograr esto—garantizar que quienes contribuyen tengan un monto de “pensión suficiente” que cubra las necesidades de un período de adultez mayor y/o de longevidad con fuerte protección social.
En mucho quien lo administra el sistema de pensiones, también es motivo de controversia, acá se ha expresado una alevosa campaña mediática y de otra índole que se traduce en que el capital corporativo “no quiere soltar un negocio que le es sumamente rentable al limitarse únicamente a cobrar una comisión por administrar las cuentas individuales de cada quien, por cuanto los servicios que se pagan por los cotizantes, se limitan a la amortización de las cotizaciones y extender un comprobante del saldo acumulado—no existe ninguna acción que hagan la AFP para hacer llegar más rentabilidad, pues están inmersa en un sistema económico de bajos salarios y escaso desarrollo económico empresarial, que afecta sustancialmente el empleo, lo que no permite mejorar la cobertura de más personas trabajadoras cotizando al fondo de pensiones.
Es claramente una pugna de intereses, mucho de ellos mezquinos de quienes se apropian del fondo de pensiones para obtener mayores usufructos con la comisión—ello nos lleva a que la discusión, si se baja la comisión administrativa es débil en tanto lo que importa es que un ahorro en el sistema bancario, no cobra por tener el dinero y no afecta el capital ahorrado y paga por su usufructo una rentabilidad—la AFP no presenta esa lógica operativa, ni está preocupada si la rentabilidad bajó o se pueda desarrollar mejoramientos importantes en la diversificación de las inversiones—limitándose a hacerlo vía compra de CIP y de otros instrumentos públicos.
El Comité de Inversiones creado es un cuerpo de pretendidos iluminados que hasta ahora no logran proponer medidas de cómo hacer crecer la rentabilidad a tasas de interés realmente exitosas y con riesgos controlados. El fondo soberano de Noruega para el caso es público y tiene los fondos invertidos en las ocho trasnacionales más exitosas del mundo.
De tal forma que:
1- Es parar el negocio a las AFP, y devolverlo a sus legítimos dueños que garantice el uso más eficaz de los fondos.
2- Detener el endeudamiento del Estado con los CIP, en tanto toda la sociedad contribuye al pago de una pensión a alguien a través del pago de sus impuestos diversos, lo cual no es nada justo.
3- Hacer el estudio actuarial transparente y claro para conocer el diseño y su sostenibilidad financiera.
4- Un diálogo participativo con los dueños de los fondos que estén organizados y sean representativos; y los sectores pensionados—una vez se esté claro incorporar al sector gobierno para su planteamiento y luego al sector empresarial y la academia u organismos afines al tema para terminar la discusión y remitirlo al seno legislativo.
*Sindicalista salvadoreño