(Por: F. Javier I. Martínez R.)
El anuncio de cuarentena por coronavirus (Covid-19), como medida ante la declaración de pandemia, hecha por el presidente Nayib Bukele en cadena nacional el miércoles 11 de marzo fue tan clara como para dejar dudas sobre si se busca atender una crisis sanitaria o una crisis económica.
La duda surgió ante el énfasis, durante el anuncio, de la gestión de dos mil millones de dólares para financiar carpetas elaboradas y aprobadas por los concejos municipales de los 262 municipios del país, más los proyectos del ejecutivo. La estrategia anticrisis fue expuesta claramente: generación de empleos a partir de esa inversión. Los fondos se gestionarían ante el FMI, que ha dispuesto un monto no especificado para la atención de las incidencias de la pandemia.
El jueves 12 de marzo se realizó una reunión de los alcaldes y las alcaldesas del AMSS, y en algunas entrevistas dadas a conocer por noticieros se expresaba que se concurrirá al llamado de Casa Presidencial, para enfrentar la crisis económica.
Atender una crisis económica parece sustentado. Tomando datos del Ministerio de Hacienda, aplicando un ajuste metodológico , asumiendo el IVA como indicador de la actividad económica, la tendencia muestra que la economía de El Salvador no arranca aún después de 8 meses de una gestión “como nunca antes en la historia del país”:
Dos mil millones de dólares permitirán una política keynesiana de ampliación de la demanda agregada, de manera que, para la población de El Salvador, el coronavirus nunca habría pasado por el país, de manera que se asistiría a elecciones legislativas y municipales el próximo 3 de febrero reconociendo que NI es “la gestión que nunca jamás conoció El Salvador”.
La tendencia mostrada del comportamiento de la economía visto a través de la recaudación del IVA se puede contrastar con la información de empleo con la que se dispone. El ISSS publica periódicamente datos concernientes a las cotizaciones. Si se toman los trabajadores en planilla , la tendencia es la siguiente:
La relación de ambos gráficos permite afirmar de crisis económica en El Salvador, con riesgo de profundizarse con la llegada de la amenaza del coronavirus a inicios de año. Y es que antes de esto, la carencia del aparato productivo salvadoreño se suplía importando, evitando en la población la sensación de desabastecimiento.
Los datos del Ministerio de Hacienda referidos antes permiten examinar esa relación entre abastecimiento interno e importación, tomando el IVA otra vez como indicador de aproximación.
En conclusión, la cuarentena es por recesión, el énfasis está en la atención de la crisis económica, y porque en el horizonte están las elecciones de 2021: el ejecutivo necesita poner bálsamo a la población para alcanzar su objetivo declarado de garantizar mayoría en la Asamblea Legislativa en esas elecciones. Los efectos económicos de la cuarentena son superados con creces por los beneficios esperados con la estrategia esbozada (deseada) de invertir dos mil millones de dólares en los 262 municipios del país. Al final, el FMI tiene el futuro de El Salvador en sus manos.
1- Las declaraciones se presentan en el mes siguiente en que se realiza la actividad económica, se ha corrido un mes la serie de datos.
2- Cotizantes en planilla es otra opción metodológica, debido a que no necesariamente coincide con el dato de las cotizaciones hechas efectivas, los empleadores suelen incurrir en mora. Los datos también experimentan un desplazamiento temporal: la planilla reportada en el mes n corresponde al mes n-1.