La extraña forma en que Turkmenistán «acabó» con el coronavirus

El país asiático alardea ser uno de los pocos lugares en donde no hay casos confirmados de Covid-19, pero la realidad es que esto se debe a la censura oficial. Un grupo de periodistas denunció que en Turkmenistán cualquier referencia al brote está prohibida, y quien sea sorprendido hablando de la enfermedad, o incluso, usando un tapabocas en la calle, puede ir a la cárcel.

La pandemia de coronavirus sigue extendiéndose por el mundo, con más de 800.000 contagiados, pero algunos países aislados, como Palaos, Samoa, Turkmenistán o Corea del Norte dicen de momento que la enfermedad no ha llegado a sus territorios.

Uno de estos casos, el de Turkmenistán, en Asia Central, es bastante llamativo. El país de Asia Central afirma que no tiene ningún caso de coronavirus a pesar de ser vecina de países donde la situación es grave, como Irán.

El gobierno insiste en que su país está limpio del brote del Covid-19. Pero una investigación del grupo periodístico Reporteros sin Fronteras reveló que esta «inmunidad» de la que se ufana Turkmenistán se debe a la censura oficial. Es decir, si no se habla del problema no existe.

“Las autoridades turcomanas han estado a la altura de su reputación al adoptar este método extremo para erradicar toda información sobre el coronavirus”, declaró este martes Jeanne Cavelier, responsable de la sección de Reporteros sin Fronteras para Europa del Este y Asia Central.

Hablar del coronavirus está prohibido en el país. Si un ciudadano, por ejemplo, llegase a pronunciar la palabra «coronavirus» mientras espera, digamos, el autobús en Ashgabat, la capital, hay muchas posibilidades de que sea arrestado. Lo mismo ocurre con quienes utilicen un tapabocas al salir a las calles.

Los medios de comunicación del país, controlados por el Estado, no pueden pronunciar o publicar la palabra y la información sobre el nuevo coronavirus también fue eliminada de los folletos de salud del gobierno que se distribuyen en lugares de trabajo, hospitales y escuelas.

«Esta negación de información no sólo pone en peligro a los ciudadanos turcomanos más expuestos, sino que refuerza el autoritarismo impuesto por el presidente Gurbanguly Berdymukhamedov», añadió Cavalier en un comunicado.

El portal Chronicles of Turkmenistan, que se encuentra vetado en el país, ha denunciado que el gobierno de Berdymukhamedov afirma oficialmente que no hay casos de coronavirus aunque haya reportes de varios casos de infecciones en la nación de Asia central.

De hecho, corresponsales de Radio Free Europe / Radio Liberty, dos medios independientes, en Ashgabat informan que los agentes de policía, vestidos de civil, están arrestando a personas que usan tapabocas o hablan sobre la pandemia en público.

El vecino del sur de Turkmenistán, Irán, es uno de los países más afectados por el coronavirus. Otros países vecinos en Asia Central tienen cientos de casos confirmados.

En 2019, Reporteros sin Fronteras clasificó a Turkmenistán como el peor país del mundo para la libertad de prensa. Human Rights Watch (HRW) también informó que “sigue siendo un país extremadamente represivo”.

En los últimos dos años, la libertad de prensa y periodística se ha reducido aún más. Los medios internacionales como Radio Azatlyk, Alternative Turkmenistan News (ATN), Chronicles of Turkmenistan, Gündogar y Ferghana tienen que trabajar casi clandestinamente debido al riesgo de prisión y tortura.

TOMADO DE EL ESPECTADOR.COM

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