Trump se queda como payaso mudo, pero sí envía a Europa 40,000 soldados con su material militar para hacer maniobras conjuntas, ¿para enfrentar qué ‘enemigo potencial’?… En Guayaquil, ni se recoge los cadáveres de los fallecidos en la calle… Ni hablar de las Instituciones internacionales: la ONU, la OMS (Organización Mundial de la Salud) … están incapacitadas de proponer alguna alternativa. Europa se encuentra perdida sin propuesta común para enfrentar la pandemia. No se trata sólo de ‘¡Sálvese quien pueda!’, sino “¡Muérete sin piedad!’ Lo reconoció el mismo presidente francés. ¿Y los grandes medios comerciales de comunicación internacionales? ¡Muy bien, gracias! “Estamos en una mal momento que vamos superando. No se preocupen. Hemos pasado por peores situaciones”.
¿Y América Latina? Los gobiernos neoliberales que desbancaron o traicionaron los gobiernos progresistas se empeñaron en fomentar la corrupción, a destruir lo que se había hecho a favor de la salud y a desbaratar la integración latinoamericana.
En Ecuador, somos un país a la deriva, con un presidente ausente, un sistema de salud desbordado, un ministro de economía que tiene la desfachatez de pagar 300 millones de deuda al FMI mientras somos el país con más muertos por el coronavirus.
En Brasil los militares afirman que están dispuestos a apoyar a quien sustituya el actual presidente. Por otra parte, se niega ayuda financiera internacional a Venezuela para enfrentar la pandemia.
Estados Unidos impone nuevas sanciones económicas a Irán que busca apoyo monetario contra el coronavirus.
Israel persigue su invasión de Palestina y mata a más y más palestinos que resisten y protestan. ¡Qué perversidad la del neoliberalismo que no sabe contar los muertos que provoca por millones, pero sí, acumular millones dólares de ganancias a costa de países destruidos y pueblo asesinados!
¿Qué Organizaciones populares o qué países destacan en esta lucha contra la pandemia del neoliberalismo? Las Organizaciones sociales, sindicales, campesinas, indígenas, juveniles, feministas… no han dejado de protestar y proponer alternativas. Pero ¿quiénes los escuchan…? ¡fuera del papa Francisco! Los 3 países que se han lanzado en la lucha solidaria contra el coronavirus son China, Rusia y Cuba, por ser no tan neoliberales que se diga.
A las Iglesias no les va mejor por privilegiar la dimensión espiritual en vez de la solidaridad, el compartir, la compasión, la ayuda para enfrentar la enfermedad y el hambre. ¿Van a salir alternativas creíbles y eficaces de las promocionadas devociones populares, adoración masiva del santísimo, cadenas de oraciones, rosarios cotidianos, misas por televisión o Facebook…? ¿Dónde está la ‘opción por los pobres’ tan cacareada por jerarquías encerradas en sus templos y un clero de sacristía? Hace 41 años, monseñor Leonidas Proaño regresaba de la reunión episcopal latinoamericana de Puebla, México. Los obispos del continente acababan de comprometerse por una ‘opción preferencial, profética y solidaria por los pobres’. El mismo monseñor nos decía en la primera reunión nacional de las Comunidades Eclesiales de Base de Ecuador en Santa Cruz de Riobamba que la opción por los pobres era “una opción por las causas de los pobres y por su liberación de la miseria… manera actual de la Iglesia de América Latina de seguir eficazmente a Jesucristo”… ¡Palabras, lindas palabras! que se quedaron en los libros, libros que ni pudieron leer muchos seminaristas, aduciendo sus profesores que el Vaticano había condenado esta teología de la liberación… ¡Iglesia desprestigiada e Iglesias que se vacían! ¿Qué dirán ahora las Iglesias evangélicas que apoyan cada vez más descaradamente a gobiernos neoliberales como en Brasil, Bolivia y Estados Unidos? ¿A qué santo milagroso o a qué pastor salvador de sus pecados van a acudir los millones de pobres latinoamericanos, que no dejan de aumentar y morir?
Si somos tan incapaces de actuar, al menos démonos cuenta que los actuales sistemas neoliberal y religioso han colapsado y deben ser tirados a tacho de la basura o al crematorio. La Tierra no resiste más los efectos de nuestra destrucción y está cansada de soportar una Humanidad que la contamina mortalmente. ¿No será el coronavirus un aviso que nos dice: ‘La próxima vez los elimino a toditos’? Antes de que sea demasiado tarde, empecemos a encontrar alternativas de vida personal, espiritual, económica, sanitaria, social… afín de no retornar sin más “a la normalidad” que nos ha llevado a tal catástrofe. Si no, ¡lo peor está por venir! Y ya llega.