En el momento exacto en el que la actual pandemia de la Covid-19 enseña cifras que rozan los dos millones de personas infectadas, Donald Trump, el actual presidente de Estados Unidos, anuncia «la suspensión temporal de la financiación a la organización (OMS) por la gestión de la pandemia»
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Todavía no acabo de creer lo que los ojos están leyendo: un conflicto entre lo percibido y la razón, entre la interpretación y la lógica más básica. En el momento exacto en el que la actual pandemia de la Covid-19 enseña cifras que rozan los dos millones de personas infectadas, Donald Trump, el actual presidente de Estados Unidos, anuncia «la suspensión temporal de la financiación a la organización (OMS) por la gestión de la pandemia».
Desde hacía días se tornaban cada vez más abiertas las diferencias entre el Director de la oms, quien llamó a no politizar la pandemia, y las acusaciones del Presidente Trump en contra de la organización. Aun así, introducir en mitad de la crisis cuestiones de dinero, es la clase de gesto que por su vulgaridad y consecuencias parece no pertenecer a ninguna realidad conocida.
La vulgaridad viene de haber incluido en las prácticas de castigo –junto con países contra los cuales es enfilada una política de hostilidad (leáse Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán)– a organismos internacionales de alcance global. En cuanto a las consecuencias, si se toma como válido el dato que ofrece bbc Mundo sobre la contribución de ee. uu. al presupuesto de la oms (el 15 % del total), es de suponer que ocurran dos cosas: una organización planetaria creada para atender, impulsar, coordinar y vigilar problemas y políticas de salud va a ser afectada en su presupuesto en medio de la peor crisis de salud que la humanidad haya conocido en décadas.
Lo segundo, e infinitamente cruel, es que la reducción de presupuesto limitará capacidades de respuesta, acción, intercambio y, en fin, coordinación, justo cuando más necesario resulta esto para la especie humana. ¿Alguien puede predecir cómo se va a traducir el gesto imperial de Trump en aquellos países con sistemas de salud frágiles, donde largas cantidades de personas viven en malas condiciones higiénicas y hacinados?
La actual pandemia de la covid-19 es un acontecimiento de tal magnitud que no son pocos los que ven en nuestro presente un punto de giro en la historia humana. Unos aseguran que es el fin del ciclo neoliberal; otros pronostican que las costumbres cambiarán de modo radical. En ese mundo nuevo no debería haber espacio para que la política mundial sea transformada en una suma de declaraciones y acciones propias de matones. Necesitamos el diálogo, la concertación, el respeto entre partes y las alianzas. Y los países pequeños no olvidar un segundo que solo uniéndonos podemos enfrentar las grandes crisis, las de hoy y las del porvenir.