Ésa es una sentencia con graves implicaciones, que entre otras deriva en “Otra Historia”
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
El 29 de abril de 1945, el ejército soviético tomo el Reichstag alemán, concluida la batalla de Berlín, que comenzara el 16 implicando a 3,500,000 soldados, 50,000 morteros, cañones, katiuskas y obuses, y 10,000 tanques, entre alemanes y rusos.
El control total de la ciudadela administrativa del Reich la obtuvieron los soviéticos el 30 por la tarde, cuando por primera vez flameo su bandera sobre los edificios, para luego repetir la escena el 2 de mayo, con la icónica imagen que muestra al soldado Melitón Kantaria, en la famosa reproducción tomada por Yevgeny Khaldei.
No hubo en el período señalado, intervención de ninguna de las otras fuerzas implicadas en la conclusión de la contienda en suelo europeo, ya que estas, se rezagaron a 100 kilómetros de la capital alemana. Vale reseñar, que ya en 1943 el entonces presidente Roosevelt reclamaba para EU Berlín, al igual que Churchill, quién demandaba además el que la ciudad no quedara bajo administración soviética, lo que finalmente sucediera (Andréi Soiustov. RBTH).
El conflicto se saldaría con entre 50 y 75 millones muertes en los diferentes escenarios que vio y de acuerdo a la fuente que sea consultada, de entre los cuales 26 eran de origen soviético.
La explicación a ésta sangría se encuentra en la necesidad del Espacio Vital [hacia el este europeo] demandado por el fascismo, que no fuera más que una mera compensación a Alemania en correspondencia al menor porcentaje del reparto del mundo realizado por las potencias imperiales centrales, en su auge a mediados del siglo XIX. La política de contención practicada por Inglaterra en los inicios de la gestión de Hitler se corresponde con ése desagravio a Alemania.
Sin embargo, en los años recientes hemos visto un lamentable esfuerzo por parte de algunos de los antiguos aliados, orientado a erosionar el papel jugado por la ex URSS, alegando que en su momento fue cómplice del expansionismo nazi, o del reparto de Polonia, lo que es falso, pues el acuerdo Molotov – Ribentropp posee por espíritu el que el país eslavo sería un espacio de amortiguamiento entre ambos poderes, así como el que la URSS supliría a Alemania material militar, como así lo hiciera la industria estadounidense.
Tampoco es verás que fuera el día D el que determinara el fin del eje, sino la batalla de Stalingrado, donde la derrota del 6º ejército del Wehrmacht acabara con el mito de la invencibilidad alemana. Todo, desde entonces, la historia así lo dicta, fue retroceder para Alemania.
El revisionismo tiene, en cualquiera de sus formas, el interés político de imponer en el imaginario del colectivo, una lectura diferente a la real supeditada a intereses oscuros, desligados de la verdad y por supuesto, reñidos con ella; de ahí que la historia debe ser revisada continuamente, objetivamente, y por supuesto, con amor a la verdad, pues sino, la historia lo sentencia, se repetirá.
*Educador salvadoreño
