Trump, reelección y cuarentena

Por: Elio Masferrer Kan, Profesor investigador emérito ENAH-INAH

El proceso electoral en los Estados Unidos se aproxima y la confrontación está claramente definida entre dos candidatos que son las dos caras de la misma moneda. Trump se lanza a la reelección y Biden, el antiguo vicepresidente demócrata de Obama intenta de alguna manera una (re)elección. Ya disipada la alarma de la candidatura de Sanders, un hombre antisistema, quien fue vencido por la burocracia del Partido Demócrata. En este campo la única novedad es que llevaría de vicepresidenta a una mujer.

En el bando republicano Trump probablemente repita con Mike Pence, un candidato conservador que apoya la agenda antiderechos (aborto, matrimonio igualitario, etc.). La estrategia de Trump no tiene mayores sorpresas, venció con el apoyo de los obreros industriales del “cinturón del óxido” que antes votaban por los demócratas. El apoyo de la influyente comunidad hispana conservadora, liderada por los cubanoamericanos, que le garantiza Florida y otros estados. Los capitales nacionales interesados en el fortalecimiento de las industrias locales y la mediatización de la competencia de las importaciones, preferentemente chinas, y el “cinturón de la Biblia”: los estados del centro de los Estados Unidos donde son mayoría las corrientes evangélicas fundamentalistas.

Teniendo en cuenta la estructura del sistema electoral, en 49 de los 52 estados de la Unión Americana, quien tiene mayoría se lleva todos los electores, esto ya sucedió, H. Clinton venció en voto popular, pero Trump tuvo más electores. La reelección de Trump está formalmente asegurada, aunque podría tener sus problemas. El problema está en llegar a las elecciones con resultados contundentes, pues las promesas fueron para ganar y puede ser que no le alcancen para reelegirse.

Los niveles de confrontación verbal con Cuba y Venezuela han llegado a niveles muy intensos y si no hay novedades, como el derrocamiento de Maduro, puede ser que las bases hispanas y cubanoamericanas se sientan defraudadas. Las promesas a los obreros industriales van por buen camino y aparentemente se abrirá la producción “todo americano” en pocas semanas. El único detalle es la pandemia y si se garantizan las condiciones de salubridad adecuadas. Una vez que salga la producción a mercado hay otra pregunta, ¿quién las comprará?, con mas de 30 millones de desocupados y la incertidumbre económica y laboral, lo que se ofrezca que no sean alimentos corren un albur.

Mas complejo está el “cinturón de la Biblia”, allí Trump se ha esmerado, envió al Secretario de Estado a Israel a darle personalmente su apoyo a la anexión de nuevos territorios, sin embargo, sus dos aliados más importantes de la Región: Arabia Saudita y Jordania adelantaron que la rechazarán enérgicamente. Dice que todos los días dedica una hora a estudiar la Biblia con su Gabinete y ha ordenado la apertura inmediata de todos los templos, sinagogas y mezquitas, amenazando a los gobernadores (mayoritariamente demócratas) con destituirlos si desobedecen este mandato federal que considera deriva de la Primer Enmienda sobre Libertad Religiosa. Esto es reclamado por los fundamentalistas religiosos que están convencidos que el covid 19 no los atacará. La pregunta es que pasará si recrudece la pandemia y atacase a los asistentes a estos cultos. Una de las características del fundamentalismo es que ellos se consideran elegidos de Dios, y que este los protegerá en circunstancias difíciles, mientras que los pecadores pueden ser víctimas de la “ira de Dios”.

La pandemia afecta en los Estados Unidos a grandes concentraciones poblacionales, como la ciudad de Nueva York y por las propias condiciones sociales a hispanos, afroamericanos, trabajadores indocumentados o que no tienen seguros que los protejan. Estos segmentos poblacionales no votan habitualmente por Tump. Pero si se desborda a los potenciales votantes republicanos ¿Qué pasaría?

La moneda está en el aire y esta vez el problema es que los votantes estadounidenses están convencidos que las promesas de campaña deben cumplirse y si no fuera así podrían castigar al incumplido. Pence se parece demasiado a Trump y se alejó el fantasma del antisistema Bernie Sanders.

Dr.Elio Masferrer Kan, colaborador de El Independiente y editor de la sección creencias.

 

 

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