La popularidad que adquirió Faceapp al incluir un filtro que permite a sus usuarios cambiar de género ha generado diversas dinámicas y retos en redes sociales que la han convertido en tendencia.
FaceApp se lanzó en 2017 y en 2019 alcanzó 80 millones de descargas en los sistemas operativos iOS y Android. Esta aplicación cuenta con filtros gratuitos, optimizados para las redes sociales y fáciles de utilizar.
Sin embargo, los consumidores no suelen ser conscientes de los permisos y riesgos que asumen al aceptar los términos de uso de esta aplicación. Al respecto, José Luis Ponce López, director de Tecnologías de la Información y Comunicación de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), comentó a Sputnik:
«Los términos de uso son el equivalente a las letras chiquitas en cualquier contrato. Con la emoción de entrar a la aplicación, descargarla y el sensacionalismo que genera —generalmente suele ser muy atractiva la aplicación—, muchos usuarios somos todavía muy emotivos. La emoción nos gana y le damos acepto, acepto, acepto e instalamos».
Esta situación puede ser especialmente peligrosa en aplicaciones como Faceapp, puesto que desde sus primeras versiones recibió críticas por las pocas especificaciones incluidas en sus términos de uso.
Expertos en ciberseguridad de Metabase Q explicaron a Sputnik que la aplicación recopila diversos contenidos de sus usuarios, como fotos y otros materiales privados. Asimismo, realiza monitoreo de sus actividades, lo cual puede incluir las páginas web que visitan, o bien, su ubicación en tiempo real.
Esto, afirman, ayuda a recopilar metadatos para estudiar cómo interactúan los usuarios de Faceapp con este servicio. No obstante, también implica poner a disposición datos personales que pueden utilizarse con fines publicitarios, aunque también pueden facilitar el robo de identidad.