Por: Francisco Parada Walsh*|
Se define pensar: Del latín “pensare” proviene el término pensamiento. Se entiende por pensamiento la facultad o el poder de pensar, también puede definirse como la acción y el efecto de pensar. Pensamiento es toda aquella actividad, acción y creación que realiza la mente, o sea todo lo que se trae a la existencia por medio del intelecto. Se define delito: Un comportamiento que, ya sea por propia voluntad o por imprudencia, resulta contrario a lo establecido por la ley. El delito por lo tanto, implica una violación de las normas vigentes, lo que hace que merezca un castigo o pena.
Tristemente en un país más sediento de venganza y sangre que de conocimientos se me acusa de cometer el delito de pensar, no es algo a la ligera sino una estructura que debe vigilar a todos aquellos que de una u otra forma disentimos contra determinadas conductas del gobierno de turno; lamentablemente me embarga una profunda tristeza y pena ajena pues si por pensar y llevar esa actividad a la escritura soy una persona adversa a un estado en mal estado quiere decir que cualquier salvadoreño que no esté en sintonía con la corrupción, la mentira y tantas medidas descabelladas ya es un adversario que debe ser perseguido; escuchar llamadas telefónicas, escudriñar la vida pública y privada.
Si EL PENSAMIENTO COMO DELITO es incómodo para un estado solo dice los días tristes y agrios que se avecinan a todo aquel que ejecute el “acto de pensar”; será cada persona que estudie y disponga luchar por un futuro mejor los enemigos de un sistema, será un país entero que debe ser acorralado, minimizado y por ende no habrá quien esté libre, claro, hay excepciones a la regla donde se hace una apología al eterno relincho; hace un par de meses un funcionario culpaba a los libros de la pandemia sin control y eso que este joven sabe lo que es viajar con un libro abierto pero poco a poco las catacumbas de zombis salen a defender lo indefendible: Todo aquello que no sea a favor del gobierno de turno.
Parte del encanto de una sociedad democrática es ese libre albedrío donde hay todo el espacio y la paleta de colores para el que piensa diferente y donde ni los gobiernos militares ni el breve paseo que dio el FMLN por Casa Presidencial ajotaba a la maldad disfrazada del Organismo de Inteligencia del Estado, pero ¿Cómo se le puede llamar inteligencia del estado a una sección que no parece tan inteligente?: ¿Cómo podría sentirme si en este momento escribo estas líneas y mañana por un salario medio regular me vuelvo en contra de la verdad y defiendo la mentira, la bajeza y la doble moral?: No hay palabras para definirme, sería un cobarde que aprovechándome del todo persigue la nada, noches eternas donde lucharé por hacer creer al fanático que está en lo correcto aunque cada renglón vaya más impreso de lágrimas de un pusilánime y mediocre personaje que de coraje e indignación. Ese es nuestro país. Un circo.
Tenemos payasos hasta en la sopa y me preocupa que por pensar diferente los mediocres que aspiran a un poder pasajero nos superen y casi es un hecho; no atormentan mi vida pues mientras ni dios ni el diablo me llamen siempre creeré que si los fanáticos volaran ¡no veríamos el cielo! no sé si mis ojos habían visto todo pero que por unos pesos venda mi alma dice y habla por nuestra sencillez, nuestros resbaladizos valores, nuestro concepto de patria. Debe un estado pobre darle seguimiento al PENSAR ya sea interviniendo las llamadas telefónicas y las redes sociales; podría sentir un orgullo mediocre creer que por ser vigilado soy alguien importante cuando eso está alejado de mi realidad; no merezco que un organismo de inteligencia del estado pierda un segundo en mi persona, el país necesita tomar un rumbo y jamás el miedo ni el acoso pueden perdurar por siempre; mientras converso con personas amigas un estado me escucha, me sigue, me acosa; no hablo de complot ni de llevar a cabo actividades que ataquen al estado, platico sobre gatos, sobre si un paciente sigue mejor y tantas banalidades, sin embargo me pregunto ¿Merezco que un estado pierda su tiempo en mi persona?: No lo merezco, en el país suceden tantos actos de corrupción que se debería poner atención a tan deleznables crímenes pues robar lo poco que tenemos como sociedad es algo sin nombre pero querer robar y anular el acto de pensar solo dice el fanatismo y la poca tolerancia que hay en el ejecutivo; he escrito por muchos años y como un común ciudadano no creo en ningún hombre, en ninguno ni en mí mismo y menos en un político sinvergüenza y basta revisar mis artículos donde critico a cualquier gobierno que haya cometido lo que para mí represente algo irregular; sencillamente es un derecho y más que un deber, criticar lo malo e indignarse ante una sociedad sádica donde todo se resuelve con la fuerza.
El pensamiento es la fuerza más grande de un hombre, solo pensando se crea una sociedad mejor, pero es inevitable el deber de PENSAR no así considerar tal actividad como DELITO. Quisiera que en vez de perder su tiempo estuvieran atentos de servir a mi montaña embrujada con medicinas, víveres, un hospital para la zona alta donde un paciente no tenga que perder tiempo en largas travesías, capacitaciones técnicas a los agricultores, mejoras al sistema del cooperativismo, brigadas médicas y tantas pero tantas cosas que se pueden hacer por una comunidad.
No deseo ver a mi país ardiendo en llamas, piras de libros quemados como sucedió en Alemania el 10 de Mayo de 1933, no, eso no debe suceder jamás, debe el PENSAMIENTO prevalecer como resultado de un proceso educativo donde se premie el talento y no se persiga, no hablo por mi sino por todos los estudiantes que desertarán en el 2021 y por los recortes a un presupuesto de la Universidad Nacional. Definitivamente un país que invierte en mentiras, helicópteros, bisuterías como espejos, estaciones de café gourmet y no en la educación tiene sus días contados. ¡OTNEIMASNEP le aviV!
*Médico salvadoreño