Los resultados del estudio ayudan a explicar por qué es tan vital que las mujeres embarazadas reciban regularmente la dosis necesaria de vitamina E con los alimentos o en forma de suplementos medicinales.
Científicos estadounidenses han demostrado que la vitamina E juega un papel importante en la formación del cerebro y del sistema nervioso en los embriones en las primeras etapas de su desarrollo.
Para llegar a esta conclusión, los biólogos de la Universidad Estatal de Oregon, en EEUU, realizaron experimentos con peces cebra también conocidos como Danio rerio.
“Esto es absolutamente asombroso. Sus cerebros están absolutamente transformados físicamente debido a la falta de vitamina E”, señala Maret Traber, profesora de la Facultad de Salud Pública y Humanidades de la Universidad Estatal de Oregon, quien encabeza la investigación.
Los Danios rerios son pequeños peces de agua dulce que los científicos utilizan ampliamente como modelo para estudiar el desarrollo y la genética de los vertebrados. Tienen sorprendentes similitudes con los humanos a nivel molecular, genético y celular. Además, se desarrollan extremadamente rápido. En tan solo cinco días, estas criaturas se transforman de un óvulo fertilizado a un ejemplar independiente.
La vitamina E, descubierta en 1922, por su parte, es una mezcla de compuestos naturales de tocoferoles y tocotrienoles. Desde el principio quedó claro que es extremadamente importante para el desarrollo del embrión porque las ratas privadas de esta vitamina no fertilizaban o no podían tener un feto.
Posteriormente se supo que de toda la mezcla de sustancias que componen la vitamina E, para el desarrollo normal del feto solo se necesita alfa-tocoferol, que se encuentra en altos niveles en aceite de oliva, aceitunas, semillas de girasol, nueces y aguacates.
Del sistema nervioso a todos los órganos
“¿Por qué un embrión necesita vitamina E? Hemos estado persiguiendo esa pregunta durante mucho tiempo”, señala Traber, quien ha estudiado la vitamina E durante 30 años.
Utilizando las últimas técnicas de imagenología, los autores del estudio publicado en la revista Scientific Reports, vieron los efectos de la vitamina E en el cerebro. En su ausencia, los embriones de pez cebra no desarrollaron correctamente el tubo neural y el cerebro, que son responsables de la formación del sistema nervioso en su conjunto y del suministro de células nerviosas a todos los órganos y estructuras del cuerpo.
“Al actuar como células madre, las células de la cresta son importantes para el cerebro y la médula espinal y también pasan a ser las células de unos 10 sistemas de órganos diferentes, incluidos el corazón y el hígado”, destaca la científica.
“Al tener esas células deficiencia de vitamina E, básicamente se desregula toda la formación del embrión. No es de extrañar que veamos la muerte del embrión con la falta de vitamina E”, añadió.
Los científicos señalan que los defectos aparecen incluso en la etapa de formación de la cresta neural, cuyas células controlan la creación de huesos y cartílagos faciales.
Los resultados del estudio ayudan a explicar claramente por qué las mujeres con niveles bajos de vitamina E en el plasma tienen un mayor riesgo de aborto espontáneo, aseguran sus autores. Además, explican por qué es tan importante que las mujeres embarazadas reciban regularmente la dosis necesaria de vitamina E con los alimentos o en forma de suplementos medicinales.