Acciones reformistas en el marco de una crisis generalizada

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

La que se vislumbra con más interés y encono colectivo es lo de la reforma constitucional, el debate por decirlo de algún modo se centra en las famosas cláusulas pétreas, que no es más que algo de ocurrencia de quienes hacen del poder su patrimonio—“sin cambios en la forma y sistema de gobierno, la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia y “el territorio” que como decimos es lo más afectado por los conflictos de soberanía-la isla conejo, los bolsones, y lo más sutil el entreguismo de los valores y activos del pueblo a las corporaciones capitalistas foráneas, donde mucho de aquélla es apropiada en aras del negocio, los consorcios transnacionales siguen abusando del territorio nacional—compra de propiedades (islas), uso irrestricto de las 200 millas marítimas, e instalaciones como zonas francas y económicas especiales (China, como caso especial) y de otra índole comercial, de servicio; aeropuerto y puertos sin mayores restricciones, hay por tanto elementos claves de una estrategia hegemónica capitalista.

Sabemos que mucho de este desarrollo hegemónico, implica reformas jurídicas (Cristiani, 1989-ARENA), control de los recursos naturales: gas—recuerdan el asunto con la empresa italiana—petróleo, biodiversidad, agua. profundización de opciones óptimas para hacer negocio—donde ya hay un cúmulo importante de leyes aprobadas por los regímenes anteriores (14), facilidades a lo que denominamos inversión extranjera directa; tratados de libre comercio (21 tratados) accionados desde la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde 1995 (Calderón Sol-ARENA), hay la aceptación declarada del patrón de acumulación capitalista, y que una reforma constitucional debería contemplar para evitar ser sumidos en una vorágine de volvernos más mercancía y deshumanización.

En esa lógica de dejar hacer, dejar pasar ha implicado trabajo de infraestructura—la ruta de supercarreteras, localización de las riquezas posibles (trazos), alianza de la seguridad y propiedad; megaproyectos de transmisión de energía; flujos trans-pacífico; el puente del corredor seco (La Unión-Puerto Cortez-371 kms); la militarización bases militares—; y así un sin fin de reformas que son aplicadas para fortalecer dicha estrategia hegemónica; el asocio público-privado; procesos de desgravación arancelaria; eliminación de aranceles—del trato nacional.

Las acciones reformistas atacan el sistema democrático y de justicia social; que no garantizan un enfoque en derechos humanos, se trata de un sistema sumamente lucrativo y mercantil, y esas reformas para atraer capital—como el de las zonas económica especiales, que no mejoran el ámbito socio-económico, al no ser sostenible en el tiempo y que sólo busca la seguridad y certidumbre jurídica para el capital, y que va conduciendo a una sustitución del Estado por parte de las empresas.

Los intereses liberales y conservadores tienden a buscar el control de todo, y aquellas reformas que van en ese fin, son las que se apoyan en el seno legislativo—la reforma constitucional pretende ser un debate—pero no es la realidad, en tanto imposiciones, abusos, arbitrariedades, componendas predominan el escenario, y así tenemos el problema del sistema de pensiones, donde las reformas (sept2017 y anteriores) siempre apuntaron al beneficio del capital, el derecho constitucional al agua ha quedado pospuesto en infinidad de ocasiones y sigue sin reconocerse como tal.

Ahora se incluye el asunto del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, se argumenta que es una cuestión entre el capital y los trabajadores, cuando es claro que son los grupos mafiosos del capital y laborales que sólo siguen el rastro—justificando la supuesta necesidad de proteger los intereses del ISSS (el capital acumulado). Recordando un poco la historia, la composición del directorio en el ISSS es claro en sus intereses, están los patronos, que se creen dueños del Instituto, el gobierno, cuanto más a la izquierda o mantiene posturas “independientes” de los empresarios, provoca el sisma que hoy padecemos; pero están los verdaderos intereses ocultos—los del sector farmacéutico, atención médico-hospitalaria (sector médico-empresarial) y el sector odontólogo. Este grupo se introdujo teniendo como dicen ventajas para favorecerse del negocio; y darse cuenta en el seno directivo de necesidades y posibles negocios—lo cual ha sucedido por larga data y donde muchos directores han favorecido, otros se fugan y contra lo cual los ha llevado a renunciar—comprometidos con la ética y la salud—

En el fondo, el ISSS en su directorio es un espacio de grillos, donde se comercia con la salud y se ha convertido en una institución carente de objetividad y de visión para con las personas trabajadoras a las que se debe, reformas institucionales favorecen a los intereses de médicos y laboratorios; y los derechos a la salud, protección social, maternidad, medicina del trabajo, entre otros inherentes sigue siendo una causa a reivindicar.

*Sindicalista salvadoreño

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