Por: Francisco Parada Walsh*
Las enfermedades mentales siempre han tenido muchísimos estigmas, donde se critica al paciente cuando apenas se conoce el drama que vive el afectado y sus familiares; la esquizofrenia, la depresión y tantos trastornos que afectan a una gran parte de la población mundial muchas veces son pésimamente tratados por los profesionales de la salud, sin ningún interés en que el caso clínico sea abordado por los que saben, siquiatras o sicólogos.
Es Kurt Cobain, cantante de Nirvana quien con su prodigiosa, melancólica, carrasposa y casi llorosa voz nos describa su tormentosa existencia y cómo rinde un homenaje a su amigo El Litio. Adolezco de depresión, no puedo decir que estoy curado, no, mi eterno agradecimiento al Dr. Francisco “Paco” Paniagua por su constancia, paciencia, cariño y profesionalismo. Aun, cada día veo a través de las ventanas inexistentes de la mente si la depresión ha regresado, es una visitante inoportuna pero es parte de mi vida y de mi muerte.
Nirvana: Estoy tan feliz porque hoy he encontrado a mis amigos, están en mi cabeza. Soy tan feo pero está bien, porque tú también lo estás, rompimos nuestros espejos (Ese espejo es ese fraccionamiento de la mente donde mi vida no era vida, era un sin sentido a la vida, amaneceres que no quería ver, miedo a esa luz que como un ladrón quiere robarme la paz, terror al nuevo día y al nuevo sol como si fuera un vampiro, amar la oscuridad, la soledad; mis amigos no estaban en mi cabeza sino en mi corazón, seres de carne y huesos que hicieron de ese trance lo mejor para ayudarme; la belleza o fealdad no es física sino del alma, no sé cuántos espejos rompí, debieron ser muchos ante ese rostro triste, tenso, adusto a través de una mirada hueca, sin alma, sin luz).
Nirvana: Domingo por la mañana, es todos los días, por lo que a mí me importa y no tengo miedo, enciende mis velas, aturdido, porque encontré a Dios, sí, sí, sí, sí, sí, sí (Los días y noches son iguales, el miedo a la nada, el miedo a mí mismo, encender velas, hablar con amigos, con curas que no me dieron la cura, buscar a Dios cuando siempre estuvo conmigo pero mis miedos no me permitían ver. Ya no necesito mi anti depresivo, mi litio, mi cymbalta. Hoy sí puedo más).
Nirvana: Estoy tan solo pero está bien, me afeité la cabeza, y no estoy triste y tal vez solo tengo la culpa de todo lo que he escuchado pero no estoy seguro (Esa soledad era mi amiga, miedo al otro, miedo a lo normal y de a poco quizá acepte que soy el único culpable de mi sufrimiento, mi química cerebral estaba deprimida, ella no quería alegrarse. Poco a poco empiezo a mejorar, estoy feliz, feliz; lo que era miedo hoy es valor, lo que me atornillaba a mi cama hoy es historia, el dolor es amor, el pensar es un acto de dignidad. Ya no necesito mi anti depresivo, mi litio, mi cymbalta. Hoy sí puedo más).
Nirvana: Estoy muy emocionado, no puedo esperar para verte allí, pero no me importa, estoy tan caliente, pero está bien, mi voluntad es buena; sí, sí, sí, sí. (Poco a poco recobro emociones, retomo la sencillez como parte de mi vida, de mi felicidad y de a poco todo vuelve a la normalidad, de a poco).
Nirvana: Me gusta (no enloqueceré), te extraño (no enloqueceré), te amo (no enloqueceré), te maté (no enloqueceré), me gusta (no enloqueceré), te extraño (no enloqueceré), te amo (no enloqueceré), te maté (no enloqueceré) (Me gusta la vida, extraño mis rutinas, mis libros amigos; amo a mi gente, maté mi locura, maté mi depresión; me gusta verme feliz, extraño lo cotidiano, los miedos se fueron pero siempre ocupan un cuarto en mi cerebro, es un cuarto pequeño y derruido pero a ellos no les importa, mientras se mecen en una hamaca esperan su momento para someterme, para derrotarme; es Dios mi fuerza, mi amigo, mi todo.
Nirvana: Estoy tan feliz, porque hoy he encontrado a mis amigos, están en mi cabeza, soy tan feo, pero está bien, porque tú también lo estás, rompimos nuestros espejos. (Todos esos amigos imaginarios son La Santísima Trinidad, son ellos mi refugio, mi oasis en este mundo egoísta y traidor).
Nirvana: domingo por la mañana, es todos los días, por lo que a mí me importa y no tengo miedo, enciende mis velas, aturdido, porque encontré a Dios. (Cada día es especial, es un tributo a la vida, el miedo sigue como mi sombra, no le doy permiso pero siempre está junto a mí, pero es mi voluntad permitirle que sea mi sombra, mis velas no se apagan, son piras divinas que llegan a Dios. Ya no necesito mi anti depresivo, mi litio, no necesito ningún medicamento; solo necesito a mi gente, solo necesito a Dios. Sí, sí, sí, sí)
Nirvana: Me gusta (no enloqueceré), te extraño (no enloqueceré),te amo (no enloqueceré), te maté (no enloqueceré), Me gusta (no enloqueceré), te extraño (no enloqueceré), te amo (no enloqueceré), te maté (no enloqueceré) (Me gusta el vino, mis gatos, un gorrión revoloteando, un caballo amigo que viene a visitarme como un niño, el calor del amigo lejano; no te extraño pasado, te extraño futuro porque vivo un presente normal, no duro; te amo amiga, te amo familia, te amo Maestro, te amo paciencia, te amo cariño, te amo renglones de la felicidad; te maté depresión, no pusiste atención creíste que siempre ganarías y en un descuido desaparecerías).
En una sociedad de cuerdos y perfectos donde no hay espacio para los “locos”, en mi “loco” mundo si hay espacio para los cuerdos, al final de “perfectos, poetas y locos” todos tenemos muchísimo, no un poco. El medicamento que fue mi amigo inseparable es el citalopram, parece que no lo necesito pero la depresión es otra amiga inseparable, bosteza mientras espera, espera por mí…
*Médico salvadoreño