Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
Las particulares derivadas del proceso electivo estadounidense, inéditas, han secuestrado la atención del mundo, no solo por la fuente de la que provienen, porque la fuente es el estado más poderoso de la tierra.
Las políticas entonces no son el tema de fondo puesto que ambos candidatos en contienda, el actual ejecutivo, Donald Trump y su oponente electoral, Joe Biden, son representantes del mismo esquema político, algo así como las dos alas del modelo que exporta y procura imponer al resto del mundo, el neoliberalismo duro y que visto así permite comprender porque E.U. carece de amigos, pues detenta solo intereses.
De ahí que ambas visiones del modelo no difieran – la republicana y la demócrata – puesto que ambos lo sustentan, y en lo que marcan distancia es solo en cómo implementarlo.
Entonces la cuestión en disputa gira en torno a como se aborda el proceso electoral, pues para entender debemos recordar el que el actual ejecutivo y desde el inicio de su administración, monto un esquema que lo distancio de los grandes medios de comunicación, a los que acusara de “…mentirosos…”, pero que ahora no repara en utilizar para difundir información engañosa que incluso impusiera la interrupción en directo (MSNBC, ABC, CBS, CNBC y NBC, además de tweeter), la noche del jueves 5, de varias cadenas que emitían el discurso presidencial en el que acusara de fraudulento el proceso eleccionario, sin presentar ninguna prueba.
La acusación gira en torno a como los datos han ido cambiando conforme transcurre el tiempo de lectura de los mismos, aunque ello se puede explicar en el hecho de que la mayoría de electores conservadores votaron de manera directa, de acuerdo a lo indicado por el ejecutivo y consecuentemente siendo los primeros en ser contados provocando una lectura incompleta, mientras que la oposición demócrata lo hizo desde una semana antes, por medio del correo y de cara a la pandemia, lo que explica porque los votos contados posteriormente, son los que llegan por medio del correo, y que como tal modifican la lectura, descartando el acusado fraude.
Como sea, desde nuestro lar somo testigos del probable inicio de una primavera de colores estadounidense, una a la medida de los E.U. por los niveles de conflictividad social generados y en razón de la crispación promovida desde las candidaturas mismas, solo explicables en términos de la decadencia terminal del modelo neoliberal, impuesto por la fuerza al resto continental.
Entonces, la conducta de emulación refleja de nuestro propio ejecutivo para con el ejecutivo estadounidense, apreciable en el nepotismo, el nulo dialogo, la desobediencia al marco legal, el discurso visceral, la manipulación de la información, el manejo opaco de recursos públicos, etcétera, que procuró anticipadamente lavar contratando a aquel lobista por algo más de $300.000.00 del erario público, es un intento por acercarse al probable nuevo ocupante de la casa blanca, pero al igual que aquel, no de abandonar el esquema que profundiza la inequidad e injusticia imperantes en nuestro país.
*Educador salvadoreño