Godofredo Echeverría
En la costa salvadoreña, desde la firma de los Acuerdos de Paz se iniciaron proyectos de producción salinera en las tierras que se les otorgaron en su calidad de ex combatientes del FMLN y ex soldados de la FAES. En la búsqueda de la sostenibilidad, algunas de estas cooperativas decidieron convertirse en proyectos acuícolas de producción de camarón y así lo hicieron a pesar de las limitaciones de infraestructura.
El director General de CENDEPESCA, Ing. Gustavo Portillo en entrevista concedida al autor en diciembre de 2017 explica que la gestión del Ministro de Agricultura y Ganadería Orestes Ortéz permitió encontrarles solución a los difíciles problemas que enfrentaba el sector de acuicultores de la costa salvadoreña. Después de haber establecido un mecanismo de diagnóstico de la situación de los acuicultores y acuicultoras, se determinó la necesidad de encontrarle solución a un problema surgido del cambio de vocación de las salineras, pues las cooperativas decidieron convertir las pilas salineras en estanques camaroneros.
Explica el Ing. Portillo, que el problema central para convertir las salineras en plantas productoras de camarón consiste en la conversión de la infraestructura, pues las salineras utilizan estanques de 40 centímetros de profundidad. Una misión acuícola cubana realizó un diagnóstico de las cooperativas camaroneras y determinó que la poca profundidad de los estanques producía un recalentamiento del agua, generando estrés en los camarones, que no crecían lo suficiente. Continúa el entrevistado explicando que la profundidad de los estanques camaroneros debería ser de 1 metro 80 centímetros. Ante la imposibilidad de resolver el problema, el Ministro Ortéz se comprometió a buscar solución al problema, debido a que para llevar a cabo una reconversión de la infraestructura salinera en camaronera, era necesario contar con maquinaria pesada que el MAG no tenía. El Ministro de Agricultura se comprometió a buscar la solución y se estableció un convenio entre el Ministerio de Defensa, que pondría maquinaria pesada, el Ministerio de Obras Públicas que aportaría, también, maquinaria pesada, el Ministerio de Agricultura que aportaría el combustible, lubricantes, repuestos de las máquinas y la coordinación técnica con los técnicos de campo, por otra parte, las cooperativas beneficiadas aportarían la alimentación para los operadores de los tractores, máquinas, camiones, etc.
A finales del año 2015 se inició el proyecto que beneficiaría a más de 46 cooperativas que producen en una extensión de 700 hectáreas de cultivo de camarón. Los primeros resultados fueron entregados a las cooperativas del departamento de La Paz; a finales de 2016 se iniciaron los trabajo en el sector de Sisiguayo, se intervino gran parte de las granjas, pero no se pudo completar el trabajo, el 2017 se inició la tercera fase del proyecto de conversión productiva y desazolve, que se completaría en la Cooperativa de San Hilario, en Tierra Blanca.
La producción camaronera se ha beneficiado con la construcción de la infraestructura necesaria para garantizar las condiciones para la producción camaronera, pero eso es solo una parte. Otra parte la constituye la asistencia técnica para garantizar la calidad de la producción, para ello, CENDEPESCA ha fortalecido su trabajo de investigación científica. Desde hacía más de 20 años que no se producía el “nauplio” de camarón en el laboratorio de la institución. El nauplio “es como el huevecillo reventado del camarón, que por disposición de gobiernos anteriores al 2009 se dejaba la responsabilidad de reproducirlos a los laboratorios privados y se compraba en Guatemala o en Honduras, lo cual generó problemas de infestación de enfermedades en la producción”—agrega el Ing. Portillo–. El año pasado se distribuyeron entre 15 y 20 millones de larvas sanas producidas en el laboratorio de CENDEPESCA.
A la par de estas acciones, el año pasado se discutió y se aprobó en el Gabinete de Sustentabilidad Ambiental, el Plan para incrementar la población del camarón, consistente en la realización de dos vedas a la captura del camarón durante el año 2017. Este gabinete, constituido por el Ministerio de Defensa, Ministerio del Ambiente, MAG, Ministerio de gobernación, dio su total respaldo al Plan, el cual se llevó al Gabinete Económico, incluyendo al Secretario Técnico de la Presidencia, quienes expresaron su apoyo total al Plan de Veda. Este Plan fue discutido por los productores camaroneros y por las empresas privadas más importantes, quienes comprendieron la importancia de llevar a cabo la veda para incrementar la población camaronera, que ya se había venido debilitando.
Para apoyar a los productores que se verían afectados por la imposibilidad de capturar camarones, se les entregó una ayuda proporcionada por el Programa Mundial de Alimentos y una canasta de víveres.
En la actualidad, la producción de camarón llega a 1,200 toneladas por año, lo cual se considera insuficiente para satisfacer el mercado nacional, pero al inicio de la actual gestión ministerial no se producía ni la mitad—según expresión del entrevistado–el sector de productoras y productores de camarón, organizados en cooperativas o en carácter independiente, han avanzado en su búsqueda del mejoramiento de la producción y cuentan con el apoyo de las instituciones del Estado salvadoreño para mejorar los canales de comercialización.
El Buen Vivir tiene caras sonrientes de niños, hombres y mujeres en las costas salvadoreñas donde se produce el camarón, cooperativas de excombatientes del FMLN y de la FAES, que pueden ver el sol del amanecer con esperanza.
Todo este esfuerzo colectivo entrelazado entre productoras(es) y las instituciones del Estado, ha significado un mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones y comunidades residentes en las cercanías de las áreas de producción.