Una investigación independiente solicitada por las autoridades de la Iglesia Católica de Alemania reveló que en la arquidiócesis de Colonia, la más importante de ese país, hubo 202 curas y religiosos que cometieron abusos sexuales contra al menos 314 niños y jóvenes, la mitad de los cuales tenía menos de 14 años.
El informe que documentó los casos en detalle a lo largo de 800 páginas sacudió a la cúpula católica de esa ciudad, que supo de los abusos e incumplió con su deber de reportarlos y actuar en consecuencia.
La cantidad de crímenes cometidos por religiosos de base y miembros del clero católico ocurrieron entre 1975 y 2018, según comprobó Bjoern Gercke, el abogado autor del revelador informe que documentó los casos.
La investigación realizada por Gercke documentó 314 casos pero refirió a muchos otros más que no pudieron constatarse por falta documentación probatoria.
El informe fue elaborado por un despacho de abogados de la ciudad de Colonia. Allí se indica que Stefan Heße fue responsable de 11 casos en los que faltó a su deber de denunciarlos, según lo establece el Derecho Canónico. Al fallecido Meisner, se le reprocha por 24 casos.
Heße rechazó su responsabilidad en relación con presuntos abusos a menores, aunque su omisión maliciosa comprobada data de entre 2006 y 2012, cuando fue jefe de personal de la diócesis de Colonia; y entre 2012 y 2015, cuando ocupó el cargo de vicario general.
Sin embargo, quien fue exonerado de toda falta fue el cardenal Rainer Maria Woelki, sospechado de haber querido ocultar los abusos sexuales. En un principio, el prelado se había negado a hacer esa investigación que finalmente realizó Gercke, lo que provocó severas quejas de varios sectores.
Cientos de fieles católicos se alejaron de la iglesia a modo de repudio. Hasta el propio jefe de la asamblea de obispos Georg Bätzing repudió los abusos. Tras eso, Woelki tuvo que pedir que la investigación se realizara.
Gercke dijo que en un tercio de todos los casos (75 en total) correspondientes a la arquidiócesis de Colonia se encontró que Meisner faltó a su responsabilidad de comunicar, sancionar e impedir ese tipo de comportamientos.
«Me siento consternado y avergonzado», declaró brevemente Woelki y en una primera reacción al recibir el informe ante la prensa. Admitió que hubo «encubrimiento» en Colonia y después anunció el relevo temporal de su obispo auxiliar, Dominikus Schwaderlapp, y del jefe del tribunal arzobispal, el Günter Assenmacher, por incumplimiento del deber.
Los autores del informe constataron la falta de documentos oficiales y fiables sobre todos los casos analizados. Hubo papeles que fueron destruidos en aplicación de las normas del Derecho Canónico, según explicaron.
El contenido del informe se conoce tras meses de críticas a la jerarquía de la Iglesia católica en Alemania por la falta de claridad a la hora de abordar la cuestión de los abusos a menores y en el contexto de un incremento del abandono de los fieles católicos. En 2019 se registraron 272.771 apostasías.
El presidente de los obispos alemanes, Georg Bätzing, reconoció que «todos tenemos que someternos a las críticas». Sin embargo, rechazó las acusaciones contra los obispos por «callar o no hacer nada durante años» en relación con la cuestión de los abusos a menores.
Sobre las consecuencias del informe habrá que esperar hasta el próximo 23 de marzo, cuando el cardenal Woelki comparezca ante la prensa. En medios alemanes se menciona el caso de un párroco de Düsseldorf, presunto autor de abusos sobre un menor, sobre el que Woelki decidió no actuar.
Fuente: Página/12