Francisco manifestó su oposición a toda «intervención de afuera» en Venezuela

El mensaje del Papa latinoamericano llega en un momento difícil por las tensiones con Colombia y los enfrentamientos con grupos irregulares en la frontera entre los dos países.

El Papa Francisco se manifestó esta semana en contra de toda «intervención de afuera» en Venezuela en un videomensaje enviado en ocasión de la beatificación del médico José Gregorio Hernández, en el que además pidió «reconciliación» y «unidad» a los venezolanos.

«Pido que, entre todos, recuperemos esa Venezuela en la que todos sepan que caben, en la que todos pueden encontrar un futuro. Y pido al Señor que ninguna intervención de afuera les impida caminar este camino de unidad nacional», expresó el pontífice argentino.

El mensaje del papa latinoamericano, sumamente sensible a los problemas de su región, llega en un momento difícil por las tensiones con Colombia y los enfrentamientos con grupos irregulares en la frontera entre los dos países.

Las autoridades de Venezuela renovaron ayer sus quejas contra el presidente colombiano, Iván Duque, a quien Caracas acusa de secundar al Gobierno de Estados Unidos en presuntos planes para derrocar al mandatario Nicolás Maduro.

En su mensaje, cuyo texto en español fue divulgado por la oficina de prensa del Vaticano, el papa recuerda la figura del nuevo beato José Gregorio Hernández, conocido en casi toda América Latina, por haber dedicado su vida como médico a los pobres y enfermos.

El llamado «médico de los pobres», venerado como un santo en Venezuela, será beatificado mañana en Caracas en una pequeña ceremonia debido a la pandemia de coronavirus. Hernández es una de las figuras identitarias de la naciódn suamericana, y muchos fieles de la Iglesia católica le han atribuido milagros tras realizar promesas o hacer peticiones antes problemáticas de salud o de otro tipo.

Nació el 26 de octubre de 1864 en la localidad de Isnotú, estado Trujillo. Con padres de ascendencia canaria y colombianoa, a temprana edad reveló sus intenciones de estudiar derecho, pero luego se declina por la medicina. En 1888 se recibió  de médico en la Universidad Central de Venezuela y posteriormente, amplió su formación en París, donde estudió microbiología, histología normal y patológica, bacteriología, patología, embriología, fisiología experimental, histología y anatomía patológica.

De acuerdo con el Centro de Documentación de Canarias y América (Cedocam), al regresar a su país, Hernández introdujo el telescopio, desempeñó las cátedras de Histología y Bacteriología en la Universidad Central de Venezuela, y contribuyó a la instalación del laboratorio de Fisiología experimental.

Ferviente católico, combatió en el 1918 la gripe española y fue reconocido por su caridad, su solidaridad con los más necesitados y pobres, su generosidad y rectitud. Falleció en Caracas en 1919, debido a un accidente que le ocasionó una fractura de cráneo.

El milagro aprobado por la Iglesia para su beatificación es el caso de una niña de 10 años, Yaxury Solórzano.  Cuando ella y su padre fueron asaltados por delincuentes en el caserío Mangas Coveras, del estado Guárico, la pequeña recibió un disparo en la cabeza que la dejó gravemente herida.

La menor no pudo ser intervenida quirúrgicamente hasta 50 horas después de la herida, y en el proceso perdió masa encefálica. Con pronósticos reservados, se consideró que quedaría con discapacidad severa. Pero ante los sucesos, su madre pidió la intercesión de Hernández y, cuatro días después de la operación, la niña empezó a reaccionar bien. Unos 20 días bastaron para estar completamente sana.

«Ruego, queridos hermanos y hermanas, que el nuevo beato inspire, en particular, a todos los dirigentes, a todos: sindicales, académicos, políticos, empresariales, religiosos, a todos, universitarios, y a otros, a desempeñarse seriamente en el logro de una unidad operativa», dijo el papa. «Busquemos el camino de la unidad nacional, y eso por el bien de Venezuela», agregó.

En su mensaje, Francisco reitera que «la beatificación del doctor Hernández es una bendición especial de Dios para Venezuela, y nos invita a la conversión hacia una mayor solidaridad de unos con otros, para producir entre todos la respuesta del bien común tan necesitada para que el país reviva, renazca después de la pandemia, con espíritu de reconciliación».

Francisco aseguró en varias ocasiones que deseaba visitar Venezuela, recordó «las prolongadas penalidades y angustias» de ese país, agravadas ahora por la pandemia del coronavirus, así como a «todos aquellos que han dejado el país en busca de mejores condiciones de vida», al referirse a los millones de venezolanos que emigraron a otras países.

«Creo sinceramente que este momento de unidad nacional, en torno a la figura del médico del pueblo, supone una hora singular para Venezuela, y exige que ustedes vayan mas allá, que den pasos concretos en favor de la unidad, sin dejarse vencer por el desaliento», concluyó.

Fuente: Página/12

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