Por Emir Sader.
Desde que recuperó’ sus derechos políticos, Lula da Silva pasó a liderar las encuestas para las elecciones presidenciales del 2022. Pero el sondeo de DataFolha, del periódico Folha de São Paulo, fue el primero hecho de forma presencial y no por teléfono, lo cual permite inferir mejor las preferencias de las personas.
En dicha encuesta, el ritmo de aceleración del liderazgo de Lula se dispara, con una ventaja de 23 puntos sobre Jair Bolsonaro en la segunda vuelta: 55 a 32. En la primera vuelta, Lula llega al 41%, Bolsonaro baja al 23%.
Todos los demás aparecen agrupados, desde el 7% hacia abajo, confirmando que, cuanto más se consolida Lula, las perspectivas de algún tipo de alternativa a las dos más votadas disminuyen mucho. El 9% votaría en blanco y solo el 4% se declararía indeciso. El hecho de que fuera la primera encuesta presencial, que favorece la fidelidad de las opiniones de las personas, también ayuda a explicar la gran ventaja de Lula.
El mayor rechazo es el de Bolsonaro, con un 54%, 18 puntos por encima del de Lula.
El exmandatario tiene el 56% de intención de voto en el noreste, lo que confirma que es su región de mayor apoyo, así como entre las de menores ingresos. En los estratos más ricos, Lula cuenta con el apoyo de solo el 18%. Entre los que recibieron la segunda ayuda de emergencia, Bolsonaro tiene solo un 22% de apoyo. Entre los desempleados, Lula tiene una gran mayoría.
Bolsonaro tiene más apoyo relativo entre los empresarios, 49%, donde Lula obtiene solamente el 26% de apoyo. Lula supera a Bolsonaro apenas en un punto entre los evangélicos: 34 a 33%. Bolsonaro tiene más apoyo entre los hombres que entre las mujeres. Lula, más apoyo entre las mujeres..
Juntos, los demás candidatos alcanzan el 47%, 6 puntos más que los que tiene Lula hoy. Con la fuerte tendencia alcista de Lula y el efecto que tendrá en los candidatos con menor voto y, más aún, con el desarrollo de la campaña, Lula tiene todas las posibilidades de ganar en la primera vuelta, como apuntaban las encuestas de 2018.
La investigación muestra cómo la comunidad empresarial, cuyos intereses son atendidos por la política económica de Paulo Guedes, es el único bastión fuerte de apoyo de Bolsonaro, donde Lula tiene el menor apoyo.
En el otro eje histórico de apoyo a Bolsonaro, los evangélicos, Lula neutraliza y triunfa por un punto. Incluso en la región sur, donde Bolsonaro entrena su mejor actuación, Lula triunfa.
Bolsonaro vive su peor momento desde el inicio de su mandato. Sumado ahora al desgaste debido a la pandemia descontrolada, que antes no le caía encima. El genocidio solo amplifica este desgaste.
A esto se suma la reaparición política de Lula, quien pronto tomó la delantera en las urnas. Previamente, las encuestas apuntaban a Bolsonaro como líder y un grupo de posibles candidatos agrupados, todos muy lejos de él. Ahora Lula aparece como el franco favorito, poniendo en total riesgo el proyecto de reelección de Bolsonaro, que tiende a desequilibrarlo cada vez más.
El primer viaje de Lula a Brasilia mostró cómo el reencuentro con los exaliados expresa una gran voluntad de apoyar su candidatura. Estos contactos minan en parte el apoyo de Bolsonaro incluso en el Centrão.
El conjunto de estos factores proyecta no solo una perspectiva muy probable de la victoria de Lula, incluso en la primera vuelta, sino que también reitera la posibilidad del juicio político de Bolsonaro. Porque su futuro político está comprometido. La esperanza de un rescate de Brasil de la actual crisis regresa con la presencia de Lula. Las tendencias de las próximas encuestas tienden no solo a confirmar estos resultados, sino a ampliar la diferencia a favor de Lula.
Fuente: Página/12.