Desmontando el bloqueo

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

El pasado 12 del presente mes y ante medios noticiosos nacionales y extranjeros, el presidente mexicano Manuel López Obrador demando a EE.UU. el fin al bloqueo de Cuba para por esa vía acabar con el sufrimiento infringido intencionalmente al pueblo cubano, fuente objetiva, real y acumulativa del ciclo actual de protestas de algunos sectores de la población en la isla.

Las precisas palabras del presidente Obrador fueron: “…si se quiere ayudar a Cuba habrá que comenzarse con el levantamiento del bloqueo y las sanciones…” por el efecto que luego de décadas de implementación suponen no solo para la economía del país caribeño, pero particularmente en contra del ciudadano de a pie, buscando precisamente su agotamiento para provocar las escenas que ahora padece la isla y hacia quién el gobierno estadounidense dirige un mensaje aparentemente generoso de apoyo, pero con la intensión ulterior “…de procurar el cambio de régimen…”, que es el interés de la política de asfixia implementada por EU en contra del pueblo cubano bajo la excusa de conquistar su libertad, misma que por cierto no goza la propia población estadounidense y por razones étnicas y económicas, lo que puede confirmar el aparato policíaco y judicial que encubrió las torturas y asesinatos de ciudadanos de color estadounidenses, que en la mayoría de casos no se resolvieron conforme a derecho, sino solo para reafirmar las desigualdades postuladas por el establishment dominante que excluye a la amplias mayoría de su propia población de la riqueza, a la que quisieron acceder toda una vida para ser ahora mismo relegados a la condición de ciudadanos de tercera, por el color de su piel reduciéndolos a la condición de subhumanos desde la estructura, que además los condena a la pobreza y a la exclusión[con 40, 000, 000 de ciudadanos estadounidenses por debajo de la línea de pobreza para quienes las políticas implementadas en la década de los 60’s dirigidas a paliar las objetivas razones que provocan la pobreza no tienen ninguno, o apenas un mínimo impacto, lo que por otro lado es consecuencia del desmontaje del estado de bienestar en favor del modelo neoliberal desde finales de la misma década e inicios de los 70’s].

Esa es la libertad ofrecida por los EU, a las calles calientes de la Habana mientras impide o restringe el acceso a los recursos que se reclaman, por la serie de medidas ilegales e ilegítimas a las que somete a la isla desde hace casi seis décadas lo que sido ha sido condenando por la comunidad internacional año tras año desde las NU.

Es decir, a la manipulación mediática de la protesta ciudadana, debemos sumar con sano juicio los precedentes que de manera sostenida han promovido la presente situación, que por otro lado no es lo pintado mediáticamente sino por mucho, diferente, pues los ciudadanos cubanos no demandan un cambio de régimen, sino políticas que superen las limitaciones presentes, lo que es ciertamente responsabilidad de quienes manipulan y generan la situación referida.

A ellos juzgara la historia.

*Educador salvadoreño

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