El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, anunció esta semana que dio positivo en coronavirus, por lo que se vio obligado a cancelar las actividades previstas. A su vez, el mismo día se conoció que el Congreso de Estados Unidos instó al presidente Joe Biden para investigar el rol de la OEA durante el golpe de Bolivia.
«He dado positivo en coronavirus, por lo que suspendo inmediatamente mi agenda pública y estoy siguiendo todas las recomendaciones médicas. Afortunadamente estoy vacunado y por el momento no tengo síntomas. Cuídense, cuiden a los demás y, si tienen oportunidad, no duden en vacunarse», tuiteó el político uruguayo.
Un día antes, había publicado una foto para dar cuenta de una reunión que mantuvo con otras tres personas. «Me reuní con histórica directiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Antonia Urrejola, Julissa Mantilla y Flavia Piovesan. Conversamos sobre situación de DDHH en la región, la importancia actual de defender y promover los DDHH y la fortaleza institucional de la CIDH», había tuiteado.
Ese mismo día, la OEA postergó una reunión programada sobre la situación en Cuba, una decisión que el gobierno de la isla celebró.
Almagro, de 58 años, asumió la Secretaría General de la OEA en 2015 con un mandato de cinco años y en mayo de 2020 fue reelecto en dicha función. Durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez fue embajador en China, entre 2005 y 2010. Fue canciller de Uruguay entre 2010 y 2015.
El rol de la OEA en Bolivia
Mientras, la Cámara de Representantes de Estados Unidos sancionó una ley que incluye un llamado al Gobierno del presidente Joe Biden para investigar si las denuncias sin fundamento de la OEA sobre irregularidades electorales contribuyeron al golpe de Estado contra Evo Morales en 2019.
La Ley de Asignaciones de Fondos para Operaciones en el Extranjero, que ahora pasa al Senado, pide al Departamento de Estado que busque respuestas de la OEA respecto de su comportamiento en Bolivia para «garantizar que no ocurran otra vez ataques similares contra la democracia», dijo el liderazgo de la Cámara baja en un comunicado, tras aprobarlo ayer.
Morales fue obligado a renunciar el 10 de noviembre de 2019 ante una «sugerencia» de jefe de las Fuerzas Armadas tras 21 días de protestas callejeras, de un amotinamiento policial y de que la OEA denunciara irregularidades en el recuento de las elecciones presidenciales del mes anterior, que había dado ganador al mandatario, en el poder desde 2006. La vicepresidenta segunda del Senado, la dirigente de derecha Jeanine Áñez, asumió la Presidencia dos días después en una polémica sesión sin quórum legislativo.
En diciembre de 2019, la OEA emitió un informe final sobre los comicios del 20 de octubre en el que denunció tácticas «deliberadas» y «maliciosas» para inclinar las elecciones hacia Morales, pero dos análisis independientes separados rechazaron las afirmaciones y desestimaron el análisis estadístico sobre el que se basaban. Un total de 37 manifestantes fueron muertos en noviembre en la represión de protestas contra el golpe de Estado en las ciudades de Sacaba y Senkata por parte de fuerzas de seguridad que habían recibido garantías de inmunidad por parte de Áñez.
Almagro, como titular de la OEA, buscó por todos los medios legitimar al gobierno de facto de Áñez pese a crecientes denuncias internas e internacionales de persecución política y violaciones de los derechos humanos. En medio de esa situación, y con el apoyo de Donald Trump, fue reelecto al frente del organismo.
En diciembre pasado, el presidente Alberto Fernández aseguró que «que Almagro siga en la OEA es penoso porque fueron cómplices del golpe de Estado en Bolivia«. Fue en la misma semana en que el Parlamento Andino aprobó una resolución para investigar el rol del organismo panamericano en el golpe de Estado.
Fuente: Página/12.