Una revisión de más de 200 estudios reveló que los receptores olfativos tienen el potencial de ser utilizados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el cáncer. Originalmente, se pensaba que los receptores extranasales solo se encontraban en las células nerviosas sensoriales de los tejidos de la cavidad nasal.
No obstante, estudios más recientes y extensos sugieren que los receptores se encuentran en casi todo el cuerpo humano y parecen ser sustancialmente más importantes en términos funcionales de lo que se creía hasta ahora.
Además de los receptores que desempeñan un papel importante en el sentido del olfato, se han descrito varios procesos fisiológicos y fisiopatológicos esenciales que incluyen búsqueda de vías, crecimiento y muerte celular, migración y secreción. Y este conocimiento puede usarse para detectar y combatir las células cancerosas.