¡Los rompe huelgas!

Eran llamados así porque esa era la tarea que realizaban: quebrar huelgas con lujo de violencia.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Hacia finales del siglo 19, EE.UU. y Europa se vieron conmovidos por una serie de huelgas que buscaban establecer las ocho horas laborales diarias, derecho al paro, pliego salarial, empleo infantil, etcétera, constituyendo verdaderas jornadas heroicas de parte de los trabajadores, que enfrentaran valientemente la represión desatada por los grupos industriales de poder, que rapaces, menospreciaban tanto la vida humana como su dignidad, expoliando al obrero en jornadas de hasta 18 horas diarias, y que en la industria minera se descubrían más descarnados, utilizando niños negándoles el estudio desde los 6 años, y orillándolos a abrir las galerías más profundas y estrechas, donde de común fallecían asfixiados por gases como el metano.

Lamentablemente aún en algunas regiones este expolio inhumano con la complicidad de las autoridades se sigue practicando. El resultado de aquellos esfuerzos titánicos de la clase obrera fue la regulación de los temas citados, como la creación de entidades estatales que vigilan su fiel cumplimento, incluido el empleo infantil, que se conserva sin privarlos del estudio.

Tales conquistas son el producto de un arduo esfuerzo obrero que incluso costo sangre – las protestas, por ejemplo, de 1886 en Chicago se cebaron con la vida de 8 obreros que fueran ahorcados por reclamar el derecho a las ocho horas laborales – por lo que el que ahora se goce de algunos privilegios que humanizan el trabajo no es una regalía de buena voluntad patronal, sino una conquista obrera en todo el sentido de la expresión.

No debemos olvidar que una de las más extremas medidas patronales, fue contratar criminales para infiltrar las huelgas, procurando con la violencia resultante presentar al movimiento sindical como desunido, vetando el dialogo, lo que se tradujo en un redoblado esfuerzo obrero por profundizar las medidas de lucha, que finalmente no dejaron mas opción a los empleadores que negociar y ceder.

Es decir, nada es una consecuencia gratuita, todo derecho del que ahora gozamos es el fruto de intensas luchas del trabajador, que en el pasado se volcara a humanizar los espacios laborales, logrando así un mejor nivel de vida en el presente.

Sin embargo, medidas como la contratación de criminales para impedir cualquier negociación entre la ciudadanía demandante y el patrono o estado, sigue siendo una costumbre que pudimos apreciar el 1º de mayo, cuando en medio de la pacífica y ordenada protesta ciudadana, algunos infiltrados, muy probablemente pandilleros contratados con ese fin exprofeso, destruyeron propiedades, procurando así descalificar el movimiento ciudadano.

Esas mañas, adelantadas desde el gobierno, se aplican en la procura de negar al soberano derechos fundamentales, que ahora como en el pasado, constituyen un craso error de cálculo del ejecutivo, impidiendo el dialogo, lo que derivará en niveles más agudos de violencia social de la que solo el ejecutivo será responsable.

Bien haría en aprender las lecciones del pasado el ejecutivo, comprendiendo que solo esta de paso, y que su proceder solo acortará ese breve tránsito.

*Educador salvadoreño

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