Irma Cantizzano.
La agencia calificadora no ha anunciado aún una nueva nota para el país que mantiene hasta ahora una calificación como emisor de Caa1, una escala más abajo de los catalogados «bono basura». Fitch y S&P advirtieron la semana pasada sobre el mismo tema.
La agencia calificadora de riesgo Moody’s anunció la finalización de la revisión periódica de las calificaciones un grupo de países de América Latina entre ellos de El Salvador; y aunque la agencia no anuncia ninguna acción de calificación (ni especifica que lo hará) , si vuelve a señalar los problemas fiscales que impactan al país.
El país tiene desde julio pasado una calificación de emisor de parte de Moody’s de Caa1(una categoría más abajo de los considerados en la jerga del mercado como «bonos basura»). Esta nota está sustentada en la alta dependencia económica de «las remesas y exportaciones de bajo valor agregado a Estados Unidos, bajas tasas de crecimiento del PIB y una economía de tamaño relativamente pequeño», dice el reporte.
Moody’s igualmente añade que el país refleja una «débil efectividad de la política fiscal y el debilitamiento de las instituciones’, además que «la fortaleza de la gobernabilidad socava la previsibilidad de las políticas».
Por otra parte agrega que la situación «fiscal del país refleja las elevadas cargas de deuda e intereses del gobierno, que se han visto afectadas negativamente por el impacto del coronavirus y aumentarán sustancialmente durante los próximos dos años. La susceptibilidad al riesgo de eventos está impulsada por el riesgo de liquidez del gobierno, que refleja las importantes necesidades de endeudamiento del soberano, las condiciones de financiamiento más estrictas y las fuentes limitadas de financiamiento».
El país contaba hasta finales de julio una nota soberana de de Ba3 y esta cayó a Caa1 que es considerada con alta probabilidad de impago. La definición de la calificadora es que las emisiones con esa nota son: «especulativas con mala reputación y están sujetas a un riesgo crediticio muy alto».
Hace tres meses que se dio esta baja en la nota Moody’s señalaba que «la perspectiva negativa refleja que la posición fiscal sigue siendo vulnerable y susceptible a shocks de financiamiento que podrían poner en peligro la capacidad de pago» del país e igualmente advertía que había menos alternativas de financiamiento y una alta «incertidumbre» sobre la posibilidad de que se logre un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Hasta ahora el acuerdo de $1,300 millones, según las partes continúa en negociación pero no se han señalado avances, ni fecha para concretarse.
La semana pasada Fitch también hacía una advertencia por la situación fiscal y el presupuesto con estimaciones de recaudación y déficit «irreales» presentando ante la Asamblea Legislativa.
Ese mismo día la agencia Standar&Poors bajaba la perspectiva del país de «estable» a negativa, por la situación fiscal. «El déficit fiscal y la deuda salvadoreñas se mantendrán altos a pesar de una fuerte recuperación económica, lo que sostendrá las grandes necesidades de financiamiento del Gobierno», decía el reporte.
Fuente: El Economista.