Marvin Aguilar.
No se trata de enemistarse con Estados Unidos. Se trata de ser amigo de China y de EE.UU. ese es el lado correcto de la historia. Las intenciones de China no son militarizar Centroamérica ya que tropas chinas, a excepción de Yibuti por la piratería, no hay en ninguna parte del mundo. China Popular desea establecer relaciones diplomáticas con El Salvador en base a la igualdad, beneficio mutuo y desarrollo conjunto. Quienes digan lo contrario desean ante la falta de argumentos serios asustar con el petate del muerto.
Los modelos de desarrollo económico no pueden ser perpetuos. Las diferentes temporadas de ofertas y descuentos en el comercio es un indicativo que nunca en ningún otro sector como el comercio la dinámica del cambio es parte inherente a su existencia.
Esto obliga a que nuestros países tan violentos y llenos de inequidad deban re plantearse y explorar constantemente las potencialidades de cooperación existentes (Taiwán) y posibles (China). Y esto forzosamente pasa por innovar en la modalidad de cooperación.
China Popular es la primera potencia comercial del mundo. El Salvador no puede seguir de espaldas a esa realidad por motivos ideológicos o románticos que vista la historia solo han beneficiado a políticos corruptos y muy poco al desarrollo nacional.
La construcción y convergencia de intereses que confirmen con el tiempo una asociación beneficiosa para ambos países en lo económico y comercial quedará establecida en cómo este gobierno y el entrante negocien los acuerdos de cooperación financiera que pueda ofrecer China a El Salvador.
Por eso no puede ser desde ningún ángulo que se analice un error o una mala decisión de política exterior romper con Taiwán y darle cumplimiento a la resolución 2758 de la ONU. Al contrario hay que hacer que esta tardía y sospechosa decisión del gobierno del FMLN sirva para que nuestro reconocimiento de una sola China permita una amistad duradera y estable.
El Salvador puede ahora aspirar a formar parte de la ruta marítima de la Seda, aquella que existió en la época colonial y que comenzaba en Sevilla y llegaba a Filipinas en El Nao de China para seguir a Acapulco y continuar en los puertos salvadoreños y terminar en Perú.
China no exporta comunismo. Contrario al aislacionismo xenófobo de Donald Trump trae negocios y comercio. Debemos prepararnos para un nuevo actor económico en un país que está gobernado no por las reglas de la libre empresa sino por una elite make-money que dice estar en contra de la tramitología pero que en la práctica la impulsa para evitar la competencia. China es precisamente eso, la oportunidad de quebrar ese estilo feudal de hacer negocios en El Salvador.
Corolario:
No hay acto mal agradecido en política exterior existen simplemente intereses nacionales. Desde luego es una derrota diplomática para Jean Manes y para Taiwán, pero la mejor forma de explicarse porque luego de tanto tiempo hay que romper con Taiwán para establecer relaciones plenas con China Popular se explica en la siguiente anécdota de un monje zen.
El monje budista llevaba años enseñando a sus discípulos la diferencia entre lo real y falso la verdad y mentira. Llegado el momento de examinar lo aprendido se colocó frente a sus alumnos con una vara de dura madera y les dijo:
Si dicen que la vara no existe, les pego en la cabeza.
Si dicen que la vara existe, les pego en la cabeza.
Si se quedan callados, les pego en la cabeza.
¿Cuál es la solución?
Quitarle la vara al maestro.
China no tiene la culpa del déficit comercial en EE.UU.
EE.UU. posee un déficit comercial de $550,000 millones. Una explicación de 1º de economía al desbalance es suponer que importan más de lo que exportan. Pero Donald Trump y sus nacional-populistas sostienen que esto es debido a la competencia desleal de varios países. Entre ellos, el peor: China. Y la mejor manera de equilibrar la balanza –aseguran- es castigar las importaciones. China, también es, la mejor manera de motivar el voto a favor del trumpismo usando el racista que todo estadounidense blanco lleva en su arquitrabe. Esta fórmula discursiva que no es cierta le genera réditos a Trump y por eso continuará usándola.
Si bien es cierto hay un problema comercial, Trump lo magnificó durante su campaña electoral y, para enardecer a las masas finalmente nos ha develado al culpable: China.
EE.UU. –según Trump- ya no tiene de enemigo a la URSS. Menos al terrorismo. Ahora lo que hace peligrar la industria y el poderío de la nación líder del mundo libre es China. Así que por eso la mejor manera de detener el deterioro de EE.UU. es reduciendo las exportaciones chinas y desde luego el avance de sus inversiones en su patio trasero.
Pero nada de lo que se acusa a China es cierto y menos ciertas son las soluciones de los asesores comerciales de Trump. No hay competencia desleal ni de México, Canadá, UE y menos de China.
China no manipula su divisa. Lo que ha sucedido es que el Yuan ha cobrado valor (no olvidemos las grandes reservas de oro chino) frente al dólar.
También los chinos al implementar la política de mayores exportaciones (todo a EE.UU. llega desde China) ha sucedido, que, el déficit comercial entre ambas potencias se ha disparado a favor de los asiáticos. Sin embargo no hay que perder de vista que tanto las exportaciones como la producción industrial nunca habían sido tan altas como en la actualidad en EE.UU.
¿Quién tiene la culpa de lo que Trump culpa a China?
Trump es un fake-politik ya que solo habla de la balanza comercial, pero nunca de la financiera que cuando se revisa hace que se concluya que los mismos estadounidenses son los culpables de su déficit comercial.
Nadie más. Llevan 40 años en esto: tasa de ahorro baja. Una moneda sobrevalorada. Ingentes llegadas (todo el dinero del mundo busca para EE.UU.) de capitales extranjeros y, consumiendo más de lo que producen. ¿Por qué Trump culpa a China del american way of life?
¿Qué debería hacer Trump? Satanizar el déficit comercial con sus aliados no es la solución, además, todas las guerras comerciales iniciadas por EE.UU. en el pasado las ha perdido. El comercio sirve para mejorar la vida de los seres humanos y si cumple esa función ¿Cuál es el problema de comerciar con el mundo?
Por otro lado, ¿no nos dicen los economistas que lo que necesita El Salvador son inversionistas extranjeros? Entonces ¿por qué tendría que ser un problema que todo el dinero del planeta se invierta en EE.UU.? ¿O sí lo es para los nacional-populistas?
Corolario:
Gastar menos. Ahorrar más y favorecer la inversión productiva reduciría el déficit comercial que tanto azuza con sus votantes Trump culpando a China. Así ya no necesitarían dinero de afuera ya que generarían más riqueza nacional. Igual, permitir que las empresas estadounidenses pudieran ocupar los 6 millones de puestos de trabajos vacantes que sufre la economía con profesionales del extranjero ayudaría a reducir el satanizado déficit.
A la larga imponer aranceles a las importaciones chinas también afectará las exportaciones estadounidenses haciendo que EE.UU. sea menos atractivo para invertir como ya sucedió con Harley-Davidson o la fabricación de clavos y, esto, desde luego si bien no se alcanza a vislumbrar ahora se verá más adelante.
La marca de ropa Ivanka Trump es el mejor ejemplo de lo que puede causar la política trumpiana: la hija del presidente manufacturaba todas sus prendas en China, Indonesia y Vietnam. Luego de críticas por su doble moral que se tradujeron en bajas ventas se vio obligada a cerrar su negocio.
He allí un destino de hacia dónde puede Donald Trump llevar con su guerrita comercial contra China a la segunda potencia económica mundial.