El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros funcionarios de su gobierno intensifican su campaña de propaganda para convertir a Rusia en agresor en la tensa crisis que se vive hoy alrededor de Ucrania.
Luego de dar por sentada una invasión rusa a territorio ucraniano hace una semana, Biden y su secretario de Estado, Antony Biden, insisten en el mensaje pese a la negativa de las más altas autoridades de Moscú.
Washington sigue esa tónica y este domingo el Departamento de Estado ordenó a los familiares de los empleados del gobierno en su embajada en Kiev que abandonen el país, al tiempo que permite la salida de los no esenciales en medio de la creciente preocupación por una invasión rusa, para expertos una reiteración del guion provocativo.
En un aviso, la agencia autorizó la salida voluntaria de los contratados directamente y ordenó la salida de los miembros de las familias elegibles debido a la «amenaza continua de la acción militar rusa.»
Pero las nuevas órdenes se producen en un momento en el que Rusia, según la Casa Blanca, concentró al menos 100 mil soldados cerca de su frontera con Ucrania, lo que hace temer que Moscú pueda invadirla.
Según un informe del diario The Hill, la Casa Blanca advirtió que tal “invasión” podría ocurrir a mediados de febrero, aunque Moscú niega esos planes.
Sobre esta crisis, en un artículo en el sitio digital www.consortiumnews.com un exoficial de inteligencia del Cuerpo de Marines estadounidense que sirvió en la antigua Unión Soviética aplicando tratados de control de armas, Scott Ritter, dijo que Washington ya agotó sus herramientas contra Rusia.
Blinken aseguró, según Ritter, que Estados Unidos tiene una caja de herramientas llena de opciones que tendrán «consecuencias masivas» para Rusia si ésta invade Ucrania.
Estas incluyen opciones militares, como el refuerzo del flanco oriental de la OTAN con tropas estadounidenses adicionales, y económicas, como el cierre del oleoducto Nord Stream 2 y el corte de Rusia del sistema bancario SWIFT, pero, según el analista, el problema resulta que la caja de herramientas está vacía.
La implementación real de estas opciones por el Pentágono, subrayó, no sería ni oportuna ni siquiera posible, y cualquier despliegue conllevaría la muerte de muchos estadounidenses.
En resumen, no hay una opción militar viable, y Biden lo sabe, afirmó el experto.
En otra dirección, indicó Ritter, Rusia puede sobrevivir al impacto de cualquier régimen de sanciones que Washington sea capaz de reunir -incluso las dirigidas al sistema bancario ruso- mucho más tiempo del que Europa puede sobrevivir sin acceso a la energía rusa.
Las consecuencias de un rechazo de Estados Unidos a las demandas de Rusia, aseveró, serán más que probablemente la guerra. (PL)