Yoysel Ortega.
Aunque parezca extraño, sin darnos cuenta estamos envueltos en un universo llamado Internet que poco a poco nos va alejando de la vida real, con su servicio más utilizado, la Web, en la cual “navegan” muchos, por horas y a diario.
Por su gran utilidad múltiple, el Internet ha tenido un impacto profundo en el trabajo, el ocio y el conocimiento a nivel mundial. Gracias a la web, millones de personas tienen acceso fácil e inmediato a una cantidad extensa y diversa de información en línea. Pero un punto muy importante, al cual debemos ponerle mucha atención, es el tipo de utilidad que se le da a este medio, y cómo afecta a los más vulnerables, en este caso, los niños y adolescentes.
Hay varios peligros en Internet que puede afectar a ese tipo de población, tales como los depredadores sexuales, pedófilos, redes con contenidos que pueden causar mucho daño psicológico. Los casos más frecuentes tienen que ver con pornografía, acoso sexual, violencia, prostitución infantil, tráfico con propósitos sexuales, turismo sexual.
Además, existe también el peligro de que estos se vuelvan adictos a juegos de azar en línea o padezcan de acoso cibernético, este último de creciente incidencia en los jóvenes y adolescentes.
Por eso hoy, el desafío de todos es enseñar a los que no tienen este tipo de conocimiento, a aprovechar al máximo el recurso Internet como medio de comunicación y como canal de acceso a información de calidad; cómo discernir fuentes confiables y válidas de información de aquellas que no alcanzan un rango aceptable de confiabilidad; cuáles son los contenidos inadecuados y prepararlos para que sepan protegerse de situaciones que pueden poner en riesgo su integridad.
Diversos estudios afirman que las nuevas tecnologías están directamente relacionadas con los niños más que con los adultos; es decir, los niños son los que primero y con más naturalidad se apropian de la red.
Pero los adultos siguen siendo los responsables de luchar por la salud psicofísica y la integridad de los niños y adolescentes y por su desarrollo pleno como seres sociales y comprometidos con el mundo que los rodea.
En este sentido, es necesario que los padres o tutores alerten a la población más joven acerca de situaciones que los ponen en riesgo y que ellos no reconocen como peligrosas tales como: brindar datos personales, la existencia de personas que dan identidades falsas, las personas que acosan con intenciones de abuso y publicar fotos en páginas.