Tengo muy en claro que los distintos gobiernos amordazados por una deuda contraída por los dueños del verdadero poder solo pueden administrar la miseria, sin embargo hay cosas que son demasiado. Pero vayamos por parte como aconsejó el célebre Jack.
Por: Marcelo Valko*
Si viviéramos en Suiza y se descubre un yacimiento arqueológico con enterratorios humanos asociados a cientos de fragmentos de ceramios de diferente tipología perteneciente a un grupo cultural del cual se tienen escasas referencias sin duda algún organismo estatal se ocuparía de preservar el sitio dado su valor histórico. Nada de eso sucedió con el hallazgo de un enterratorio asociado a importante material cerámico y lítico en una zona de Tigre llamada Punta Canal conocida hoy como “Punta Querandí”1. Debe su nombre a que el sitio se relaciona mayoritariamente con este pueblo originario del que tan poco se sabe dado que fueron quienes recibieron el primer embate de los conquistadores con el Adelantado Pedro de Mendoza, resistiendo la irrupción al punto de destruir la primera fundación de Buenos Aires y forzar la retirada de los sobrevivientes que se reagruparon en Asunción del Paraguay.
No obstante su importancia como espacio de memoria que nos pertenece a todos el Estado se desentendió de su protección y preservación y una empresa inmobiliaria resolvió construir allí un country con propiedades de muy alto valor. En principio, y más allá de cualquier interés económico, eso se llama desmemoria, es decir un culto al olvido que inculca la amnesia colectiva en un país donde parece que nada importa y menos los pueblos originarios pese a que la Constitución “reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos” (Art. 75, inc. 17). En aquel momento, hace más de una década un grupo de particulares comenzaron a impedir las intenciones de la empresa de pasar la topadora. Este abnegado “Movimiento en Defensa de la Pachamama” abandonando parte de sus vida cotidiana comenzó acampar en el sitio y resistir. Sufrieron amenazas, ataques como el incendio de su primera instalación hecha a pulmón que conocí cuando ofrecí allí una charla pública en diciembre de 2011 a la que luego se sumarían varias más. Incluso padecieron denuncias legales por usurpación. Hoy el espacio de memoria que resguarda Punta Querandí se encuentra fortalecido por la solidaridad de numerosas organizaciones sociales y desempeña una labor de esclarecimiento de nuestro pasado con distintos eventos culturales comenzando por un Museo de Sitio. Mucho más podría agregar, pero me interesa ir a un conato racista sufrido hace días por miembros del grupo.
Entre las conquistas que logró esta Asociación Civil, se encuentra el local que le asignó la Municipalidad de Tigre en el Puerto de Frutos para que además de concientizar al numeroso público que circula por allí los fines de semana también puedan vender los productos creados en Punta Querandí como cestos, tallas en maderas y también libros incluso algunos de mi autoría. Hace dos semanas se encontraba encargada del local una docente qom a quien conozco ya que fue una alumna muy destacada. El local llamado “Unión de Pueblos Originarios” es atendido por miembros de las comunidades. De pronto irrumpe un sujeto que se autodenomina “licenciado en seguridad, graduado en defensa nacional, experto en inteligencia de Estado y fanático de Roca y Lewis2” manifestando que no tenía intención en comprar nada. Preguntó en forma desafiante “si ustedes reconocen al escudo, la bandera y la nación argentina”.
El sujeto siempre con actitud amenazante siguió gritando “su curriculum” y resaltando su admiración por Roca y Lewis. Incluso en un alarde de “innovación de etapas históricas” aseguró que “sus antepasados vinieron de Europa con tecnología mientras los indios estaban en la edad de la madera”. Supongo que la nueva “edad” descubierta por el sujeto estaría intercalada entre la piedra y el bronce… Más allá de la ironía fue un momento muy desagradable de nervios e impotencia. Incluso dado el estado alterado del individuo la docente originaria que se encontraba con su hija temía que pudiese destrozar el local.
Sin dudas los avances de visibilidad y memoria molestan, incluso irritan a sectores recalcitrantes que se cierran en un “nosotros” minúsculo, en un país pequeño y egoísta donde la presencia del “otro” es percibida como una suerte de amenaza y no aceptan y ni comprenden la existencia de una nación plural, multicultural de numerosos “otros” dispuestos a convivir en sociedad y enriquecerse con la diversidad de voces, saberes y miradas. No es fácil hacer entender a algunos que no todos los argentinos descienden de los barcos ni que somos un apéndice de Europa extraviado en la geografía latinoamericana. Pero estamos en camino como lo demuestra la lucha de “Punta Querandí” resguardando un espacio de memoria ya consolidado e insertado en la comunidad al igual que tantos otros territorios a lo largo de América. Sabemos que es lento, pero viene…
*http://marcelovalko.com
1-Sitio turístico cercano a la ciudad de Buenos Aires.
2-El general Roca es la cara visible del genocidio indígena, el multimillonario inglés Joe Lewis es un terrateniente de enormes extensiones de tierra en Patagonia.