En un reciente estudio de cohorte, publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia, los investigadores exponen que echarse siestas de más de una hora o hacerlas varias veces al día podría ser un signo temprano de la enfermedad de Alzheimer.
Una señal de advertencia
La investigación sugiere que las siestas excesivas durante el día comparten una relación bidireccional con el deterioro cognitivo, reflejando y dando forma a los cambios en el cerebro.
Los investigadores, de la Universidad de Harvard y California en San Francisco (EE. UU.), probaron dos hipótesis: (1) los participantes se echan siestas más largas y/o más frecuentes con el envejecimiento y los cambios son aún más rápidos con la progresión de la enfermedad de Alzheimer; y (2) los participantes con siestas diurnas excesivas tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Los participantes usaron un rastreador de movilidad durante un período de dos semanas una vez al año, con un seguimiento de hasta 14 años. Los voluntarios también se sometieron a una serie de pruebas neuropsicológicas para evaluar la cognición una vez al año.
“Los comportamientos de sueño diurno de los adultos mayores a menudo se ignoran, y aún falta un consenso para las siestas diurnas en la práctica clínica y la atención médica”, comenta Peng Li, coautor del trabajo.
Analizando la siesta
Al comparar los patrones de sueño diurno descubrieron que los que dormían la siesta tenían más riesgo de desarrollar alzhéimer.
Los expertos observaron que los participantes (1 401 personas mayores con un promedio de 81 años de edad) tendían a dormir siestas más largas y con mayor frecuencia a medida que envejecían; y lo que es más importante, la progresión de la demencia de alzhéimer pareció acelerar este efecto de envejecimiento al duplicar -o incluso más- los cambios anuales en la duración/frecuencia de la siesta, produciéndose un «círculo vicioso» entre las siestas vespertinas y el trastorno que roba la memoria.
Concretamente, aquellos mayores que se echaban una siesta una vez al día tenían un 40% más de probabilidades de desarrollar alzhéimer, que es el tipo de demencia más común. Pero la duración del sueño también fue importante, pues los resultados del estudio también mostraron que las siestas diurnas más largas y frecuentes se asociaban con un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer. Dormir más de una hora al día de siesta era equiparable al mayor porcentaje de riesgo para los mayores.
¿Es mala la siesta para el cerebro?
Aunque, según apuntan los autores, el estudio no demuestra ningún tipo de evidencia acerca de que la siesta pueda envejecer el cerebro, sí que que “las siestas excesivas durante el día podrían ser una señal de un proceso de envejecimiento acelerado o de envejecimiento cognitivo”, aclaran los expertos.
De hecho, la somnolencia excesiva durante el día, que puede ser la causa de siestas más largas y frecuentes, también se ha relacionado con un deterioro cognitivo más rápido o con la acumulación de la patología de la enfermedad de Alzheimer. Esto se debe a que la deficiencia de la excitación debida a la pérdida neuronal y de neurotransmisores en las neuronas promotoras de la vigilia, provoca trastornos del sueño y la vigilia y una mayor propensión a las siestas diurnas.
Fuente: Muy Interesante