Tras 50 años de mutismo o discrecionalidad, por fin el gobierno de los Estados Unidos muestra preocupación por los recurrentes avistamientos de ovnis que sus fuerzas armadas han reportado un total de 400 desde 2004.
Por: Fabian Acosta Rico
Para dar razones sobre el fenómeno se presentaron ante el Congreso de los Estados Unidos, el subsecretario de Defensa para Inteligencia y Seguridad de EE.UU. Ronald Moultrie y el subdirector de la Inteligencia Naval de EE. UU Scott Bray.
Como los dos funcionarios lo aclararon en su comparecencia, el que estos avistamientos sean o no de origen extraterrestre es una interrogante que no se descarta pero tampoco se afirma. La prudencia para que no cunda el pánico. La preocupación de fondo reside en la interrogante de qué tanto el asunto resulta una cuestión de seguridad nacional o no.
Así como llegó el tema de los extraterrestres al Congreso de los Estados Unidos también vemos reverberar el asunto ufológico en los pasillos del Vaticano y con toda justificación pues la presencia de vida inteligente, no humana, en un planeta ajeno al nuestro nos obligaría a replantear algunos puntos de la doctrina cristiana en la inteligencia de atribuirles alma o no a los extraterrestres desde la valoración de que son como toda creatura hijos también de Dios: ¿pero lo son como nosotros o como los animales? Sí poseen nuestra misma dignidad ontológica entonces: ¿el mensaje redentor de Cristo sería también para ellos? Que el concierto de las naciones y de los pueblos del mundo mande llamar a los teólogos más experimentados, católicos o de cualquier otra denominación, para resolver estas interrogantes. Y los teólogos han estado hablando. ¿Qué han dicho?
El 18 de mayo, el P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, en su blog: Teología para Millennials subió un artículo intitulado. Ovnis y la Iglesia. En su texto, el doctor nos explica que en la Biblia ni en el Catecismo se afirma que seamos los únicos en el Universo y que de existir los extraterrestres: ellos, junto con toda la creación, habrían sido hechos en Cristo y en Él tendría su fin.
Como ya se dijo, la postura oficial de la Iglesia, en específico la del Vaticano, es cautelosa y carente de alarmismo. Fácil es caer en la tentación del sensacionalismo y augurar que con el descubrimiento o encuentro de vida inteligente extraterrestre vendrá, en consecuencia, una crisis de fe planetaria: la gente abandonará sus creencias religiosas al quedar comprometida la universalidad de éstas. Tiempo atrás, el entonces director del Observatorio Astronómico del Vaticano, el sacerdote jesuita y astrónomo argentino, José Gabriel Funes declaró a la prensa católica que de haber vida extraterrestre: “los católicos no tenemos la necesidad de cambiar nuestra visión del universo”. Hay que estar abiertos a la posibilidad de que Dios haya creado otras criaturas también inteligentes que por ende sean parte de la creación. En tal situación tal y como lo sugiere el título del libro: ¿Bautizarías a un extraterrestre?, de los jesuitas y astrónomos Guy Consolmagno y P. Paul Mueller también la redención sería valedera y eficaz para nuestros “hermanos” de otros planetas, de otras galaxias…
*Universidad Del Valle de Atemajac campus Guadalajara- México