El cantautor cubano Silvio Rodríguez reunió este viernes a miles de personas en un concierto que pasará a los anales de la cultura Méxicana como uno de los más memorables de la histórica plaza del Zócalo en la Ciudad de México.
Unos calculan 80 mil, otros 100 mil, pero lo cierto es que desde la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador, en 2018, el Zócalo de México no se veía tan repleto como anoche con Silvio Rodríguez.
Fue sencillamente impresionante porque desde muchas horas antes del concierto, programado para la tarde-noche esperando la clausura del IX Foro del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) donde minutos antes fue condecorado, la gente comenzó a hacer filas por los diferentes accesos habilitados por el gobierno capitalino.
El concierto se dio en el marco del “Festival Cantares, Fiesta Trova y la Canción Urbana”, y bajo la denominación Concierto Silvio Rodríguez “Un recorrido para las causas justas”, y nadie quería perderse el regreso del trovador al Zócalo después de ocho años de ausencia.
La expectativa se creó desde el primer momento en que, por equivocación, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, adelantó la actuación de ayer entusiasmada porque sería el cantautor cubano el primero en inaugurar la nueva etapa post Covid-19 de actos públicos masivos en el más popular espacio de todo México.
Silvio demostró que aquellos ímpetus de llenar estadios y plazas en su juventud cuando inauguraba la nueva trova con otros grandes como Vicente Feliú o Sara González, y temas como La Era se convertían en himnos sociales, los sigue manteniendo a sus 75 años y los fieles de su poesía hecha música pasan fluidos y uniformes de generación en generación como aguas de un caudaloso río.
Aquí expuso anoche su último trabajo discográfico “Para la espera”, que lanzó en 2020 y el compositor recuerda a amigos que fallecieron ese año, pero los éxitos añejos que superan la eternidad como Ojalá, Quién fuera, Óleo de una mujer con sombrero, Canción del elegido, volvieron a estremecer corazones.
Silvio fue declarado por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, como huésped distinguido y le entregó las llaves de la ciudad, mientras que la directora de Clacso, Karina Betthyány, le confirió una placa y diploma por su aporte con sus composiciones humanistas a las ciencias sociales. (Fuente/PL)