En El Salvador lluvias dejan al descubierto el camino equivocado del gobierno, al abandonar la prevención.
Por: Miguel A. Saavedra*
Durante las torrenciales lluvias de los días pasados, usuarios de las redes sociales empezaron a compartir fuertes imágenes de la capital San Salvador inundada y de techos de hospitales cayendo. Los videos y fotografías se hicieron virales con la leyenda «mientras tanto comprando Bitcoin», en referencia a la información de una compra del criptoactivo horas antes.
Las críticas a la falta de previsión y a las prioridades equivocadas del gobierno de Nayib Bukele aumentan día con día. Señalan al ejecutivo de no estar a la altura de estas tragedias, al no tener planes de prevención y de tener las prioridades equivocadas. «Mientras el país se inunda y muere él compra bitcoin», dice un mensaje en la red social twitter.
Los daños son cuantiosos, incluso ha dejado luto y dolor. Dos muertos y cuantiosos daños dejó la tormenta tropical Bonnie a su paso por El Salvador, según informaron las autoridades.
La joven Maura Carolina Beltrán, de 24 años de edad, perdió la vida el sábado al ser arrastrada por una corriente de agua cuando transitaba en la Colonia Santa María #2, del municipio de San Martín.
El paso del fenómeno meteorológico provocó fuertes lluvias, inundaciones en viviendas y carreteras, daños materiales y cerca de un centenar de familias evacuadas a lugares seguros.
La Alcaldía de San Salvador reportó que 65 familias fueron afectadas por el desborde del río Acelhuate, en la Comunidad Dario González, en el Barrio Candelaria, en la capital y, según el ministro de Gobernación, Juan Carlos Bidegain, cerca de 250 personas afectadas se encontraban a resguardos en el Polideportivo El Polvorín», al sur de San Salvador.
Efectivos de la Fuerzas Armadas y cuadrillas de empleados de la Alcaldía de San Salvador laboraban en la remoción de escombros y resguardo de las familias afectadas, informó esa dependencia.
Informes del Ministerio de Ambiente precisaron que la tempestad se mueve hacia el oeste a 28 kilómetros por hora y con ráfagas de vientos de 95 kilómetros por hora.
A su paso, Bonnie generó lluvias y tormentas eléctricas muy fuertes en zona costera, cordillera volcánica, y el área metropolitana de San Salvador, con ráfagas de vientos fuertes y caída de granizo en algunas zonas, indico un informe del ministerio de Ambiente.
Bonnie, que se formó en el Caribe, tocó tierra la noche del viernes entre Nicaragua y Costa Rica sin dejar grandes estragos, salió el sábado al Océano Pacífico acompañado por fuertes lluvias y vientos que pudieran intensificarse en su marcha cerca de las costas de Guatemala y el sur de México donde pudiera convertirse en huracán según el CNH.
Culpando a otros
Como es costumbre, el actual Ejecutivo culpa a otros por su mal desempeño, siempre buscando justificarse, tratando de lavarse la cara por su imprevisión, la falta de plan, por no dar el debido mantenimiento a la infraestructura vial y hospitalaria, además de culpar a la población por tirar basura en las calles.
Los principales funcionarios del régimen se mostraron acorralados, a la defensiva, culpando a los gobiernos de los últimos 30 años y a la misma población por las inundaciones del fin de semana.
Estaba claro que no tenían narrativa ni explicación ante un país anegado y criticándoles sin miedo, se les vio incómodos y sin explicaciones.
No explicaron por qué, estando ya aprobado el financiamiento para las obras, han tardado casi tres años en iniciar la construcción el nuevo hospital Rosales y han condenado al personal y pacientes a permanecer en el viejo caserón plagado de goteras que inundaron áreas y equipos el sábado por la noche. En las redes sociales este Gobierno fue el hazmerreír. Su manejo de la crisis y tragedia ha sido un meme.
El político Rubén Zamora, lo dijo claro: “ya no vale el argumento de echarle la culpa a “los mismos de siempre” si el bukelismo ya tiene TRES AÑOS en el gobierno y centraliza todos los poderes, tiene en sus manos a la Asamblea y el sistema judicial, mantiene sometidas a las alcaldías y demás instituciones que debían velar por la transparencia.
Los municipios han hecho ver que prepararse para mitigar parte de los perjuicios de calamidades es cometido esencial de ellos mismos, pero al centralizarse los fondos del FODES, dineros muy expuestos a ser literalmente tragados por el enorme agujero negro al centro de la República —un agujero negro “con la voracidad gravitacional de varios miles de soles”— las medidas necesarias no pueden realizarse pues siempre “más sabe el loco de su casa que el cuerdo de la ajena”, aunque no esté claro dónde se asienta la cordura en este suelo”.
Tampoco hay dinero para reparar y abastecer clínicas comunales, escuelas, red pública de calles y carreteras, aunque “abunde” para reclutar más soldados y gastar —al menos eso dicen— cientos de millones de dólares en bitcoins.
Sin mitigar riesgos
Los ministerios de Obras Públicas, Gobernación y Medio Ambiente no ejecutaron, en 2022, ni la mitad de los fondos asignados para la prevención de desastres.
El Gobierno de El Salvador ha ejecutado a penas el 25 % de los fondos asignados para la prevención de riesgos y obras de mitigación en el presupuesto general de la nación de 2022, durante los primeros cinco meses del año y previo a la estación lluviosa, que ya causa estragos en todo el país.
Datos de la ejecución del presupuesto, actualizados hasta mayo, revelan que los ministerios de Obras Públicas (MOP), Gobernación y Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) solo han invertido, en conjunto, un 25 % de sus fondos destinados a obras de mitigación, monitoreo de fenómenos naturales y prevención.
De acuerdo con la ley del presupuesto, este dinero debe destinarse a la ejecución de «obras preventivas en zonas de alto riesgo, ejecutar la demanda de obra pública comunitaria y atender las necesidades de obras de mitigación e infraestructura».
En los primeros cinco meses del año el Gobierno solo ha gastado $1.6 millones, acumulando una ejecución del 38.9 % del monto total de esta línea. Además, la mayor parte de estos fondos, se invirtió en remuneraciones de personal por $1.1 millones.
Uno de los rubros que ha sufrido mayores recortes durante la administración de Nayib Bukele es el Observatorio de Amenazas y Riesgos: de tener $2.6 millones asignados en 2019, pasó a $2.1 millones programados en el presupuesto de este año.
La ejecución de estos fondos también es baja: solo $939,030 se han invertido en este rubro hasta mayo, un 43.5 % respecto al total. De estos, además, un 78 %, se destinó solo al pago de planilla.
Otra línea presupuestaria afectada por los recortes de esta administración es la de Fortalecimiento para la Prevención y Reducción de Riesgos que, en solo tres años, perdió el 73.1 % de su presupuesto aprobado, pasando de $945,805 dólares a solo $267,980 dólares en 2022.
Pero aún con esta pequeña suma, y a pesar de la copiosa estación lluviosa que previó Medio Ambiente desde mayo pasado con diversas alertas, solo se le han invertido $4,800, apenas un 1.7 % del presupuesto para este rubro.
Estos recortes contrastan con las declaraciones del ministro de Medio Ambiente, Fernando López, quien el 6 de diciembre de 2021 dijo a los diputados que buscaba fortalecer la Dirección General del Observatorio de Amenazas del MARN para reducir los riesgos y el impacto del cambio climático en El Salvador.
Más Cárcavas
Dos cárcavas de considerables dimensiones amenazan las viviendas de residencial Brisas de San Francisco, en San Salvador. Uno de los hundimientos tiene más de una década de haberse generado, el otro se formó tras la estación lluviosa de 2021. Ambas han sido intervenidas por el Ministerio de Obras Públicas (MOP): una continua inconclusa y la otra obra no duró ni seis meses en pie.
El problema de la cárcava, se les dijo, había sido resuelto. Sin embargo, la tormenta tropical Bonnie, que azotó al país el recién pasado sábado 2 de julio, dejó al descubierto la deficiencia del trabajo.
«Nosotros vimos la maquinaria que trajeron y todo eso y pensamos que efectivamente ya estaba resuelto; y por supuesto hoy lo que ha colapsado es exactamente el mismo tramo que se intervino», confirmó un habitante de la zona.
«Da la impresión que lo hicieron apresuradamente o no se usaron los materiales adecuados. Algo falló, porque ha colapsado exactamente el mismo tramo y es preocupante en ese sentido», insistió el vecino de Brisas de San Francisco.
«Lo raro es que cobraron un montón de dinero y sólo duró 5 meses. Es bien extraño eso», apuntó otro habitante quien prefirió guardar anonimato.
*Periodista de El Independiente