La era de la posverdad

No es nada nuevo o novedoso que los políticos mientan, si lo han hecho todo el tiempo por diversas razones, como mantener su poder o llegar a el. A lo largo de la historia hemos visto como los cuasi angelicales miembros de la realeza europea mintieron o no cumplieron sus promesas o acuerdos.

Por: Igor Iván Villalta Sorto

Por citar un caso, a Cristóbal Colón cuando obtuvo la colaboración de la Reina Isabel para descubrir nuevas rutas comerciales, que harían más rico al imperio español, Colón recibiría un beneficio del 10% de las ganancias. Al acudir nuevamente ante la Reina, a pedir su parte, esta lo captura y lo envía a las mazmorras del palacio, hasta que firmara un documento en el cual renuncia a todas sus pretensiones.

En los tiempos modernos, el mundo se sorprendió con el escandalo de Watergate en donde el presidente Nixon mintió ante el Congreso estadounidense que lo llevó a la dimisión de su cargo y afectó a 69 personas 49 de ellos pagaron con cárcel sus delitos.

También la mentira ha sido utilizada para generar guerras o justificar intervenciones militares, en los países que forman parte de la zona de influencia de los Estados Unidos, como el caso de la intervención en Guatemala contra Jacobo Árbenz, militar de origen suizo que tuvo la osadía de atacar a los monopolios fruteros norteamericanos.

Acusado de comunista y perseguido por la Central de Inteligencia Americana (CIA) hasta el exilio en Uruguay y México. Fue tan grande la campaña orquestada por la CIA en su contra que una hija de este terminó suicidándose en Bogotá Colombia. A mi forma de ver uno de los hechos en los cuales se muestra claramente la etapa decadente del imperio norteamericano es haber caído en esta etapa de poca credibilidad que involucra a las altas esferas de poder en Washington.

El arribo al poder de Donald Trump es un buen ejemplo de esto, en lo que tengo de recuerdos nunca había observado que la mentira, el descredito, el odio, formara parte de la cotidianidad del accionar de un presidente norteamericano.

Hasta llegar a estar involucrado en el escandaloso evento de pretender dar un golpe de estado en la “democracia ejemplo para el mundo libre”, como gustan definirse los poderes norteamericanos. El problema que Donald Trump sólo es la punta del iceberg del descredito en la que ha caído el gobierno norteamericano, que caminan de escándalo en escándalo.

Cuando observábamos las consecuencias del caso Watergate, veíamos con admiración procesos que ni por asomo sucedían en nuestros países, como juzgar a un presidente, encontrarlo culpable y hacerlo renunciar. Ya anteriormente había renunciado su vicepresidente Spiro Aqnew. Naturalmente estas acciones les daban mucho prestigio a los políticos del gobierno norteamericano y consolidaba su poder alrededor del mundo.

El problema no son los escándalos per se, entrar en crisis, o generar un cumulo de críticas alrededor de su administración. Sino es como vas a responder a estas, y allí está el meollo del asunto.

Del escándalo, la crítica, de la crisis puedes salir fortalecido, porque presentaste argumentos válidos, despejaste dudas, corregiste lo que debías corregir. Pero si tu reacción es actuar con prepotencia, acallar las críticas con violencia, reprimir, abusar del poder, o seguir mintiendo y mintiendo, utilizando los postulados de Gobbels “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

En nuestra guerra civil los espacios de opinión independientes, de la línea oficial del militarismo fueron reprimidos poco a poco. En primer lugar, exilando a los periodistas que se atrevían a cuestionar el estado de cosas.

Recordamos las voces valientes como Jaime Suárez Quemain, joven poeta y periodista asesinado por el régimen militar en las postrimerías de la guerra civil, a él se le sumaron muchos que entregaron generosamente su vida por la libre expresión de ideas y por el ejercicio de un periodismo sin ataduras políticas.

En estos tiempos muchos de nosotros nos convertimos en periodistas, nuestro objetivo informar a la población de los acontecimientos que se suscitaban y el desarrollo mismo de la guerra, para nosotros era algo novedoso que desde nuestros humildes medios de prensa lanzáramos noticias que luego se reproducirían en todas partes del mundo.

Por el mismo desarrollo de la guerra se conforman diferentes sistemas de comunicación militar y medios de prensa que difundían su señal desde la montaña. Algunas estaciones estaban incrustadas en la misma retaguardia estratégica del enemigo como eran ciudades importantes, muchos fueron descubiertos y desaparecidos por ejercer esa labor.

Así contábamos con la voz oficial de la guerrilla Radio Venceremos dirigida por muchos amigos nuestros como Carlos Enríquez Consalvi (Santigo), Marvin Galeas, Héctor Ibarra (mejicano), maravilla (venezolano), Carlos Latino (colombiano) y como olvidar a la famosa Mariposa que con su voz muy bien timbrada nos daba los buenos días con su señal de libertad.

El sistema lo conformaban otras radios clandestinas como la Radio Farabundo Martí que transmitía desde la Montañosa Chalatenango y dirigida por Miguel Hueso Mixco y la Radio Guazapa que transmitía desde el volcán del mismo nombre y era dirigida por el compañero Ernesto Zamora Rivas (El Topo).

Cuando los regímenes se escudan en la mentira, la labor y obligación del ciudadano es buscar y difundir la verdad.

*Biólogo investigador

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