Avanzamos, retrocedemos o estamos estancados en este período del COVID 19

La situación puede presentarse bastante filosófica, algunos dirán qué importa todo eso si al final sigo siendo lo que soy, el mismo de siempre, un mediocre empedernido, con poco cerebro para disfrutar los placeres de la vida o alguien inmerso en un dilema existencial que no acaba nunca ¡pienso, luego existo! Se acuerdan de eso, “la duda metódica”; dudando de todo lo que conocemos o sabemos.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Todos y me incluyo quisiéramos avanzar, es bueno ir tras una meta que la vemos en lontananza, sin claridad de si será algo que traiga provecho, que sea una cuestión que nos haga mejor persona. Pero que sucede con todos los automovilistas que no detienen su marcha y ven el amarillo o hasta el rojo y siguen cual bólidos cruzando para llegar más allá, no sabemos la estadística, pero sugiero que muchos o una gran mayoría no lo logran, pero lo seguirán haciendo. Como consecuencia avanzar, no necesariamente sería siempre algo bueno para hacerlo.

Pero entonces deberíamos como sociedad avanzar, podemos en esa meta no llegar nunca, y continuar y continuar sin nunca tener acceso hacia algo mejor; eso deberíamos tenerlo claro, vamos avanzar mientras a lo que queremos llegar siempre sea mejor de la situación económica, social, medio ambiental, cultural, política en la que estamos; son muchas cosas si avanzáramos en sólo una de ellas creo que estaríamos bien. Vaya lío en el que nos hemos metido. A veces avanzar no es conveniente, hay que pensar bien el paso que vamos a dar, ¿y el actual gabinete presidencial tiene el cerebro para avanzar a algo mejor?

La duda nos vuelve a invadir, al menos nos dice que no hay competencias suficientes para conducir el país a donde queremos. Pero, si el punto es que no conocemos a donde vamos—siempre hay dudas en el plan, si existe o es algo en la mente de alguien—En consecuencia, siempre será cuestionable, si avanzamos hacia algo mejor para el país. Desde el punto de vista sindical, es como oir llover, se vuelve tan normal pasar zozobras y un plan de vida que nunca se cumple, ni mejora nuestras comunidades.

El sector empresarial, siempre argumenta estar bien, la economía, las exportaciones, la producción, la ganancia, a esto se les unen algunos ministros que conducen la cosa pública; pero, desde el lado de las personas trabajadoras los salarios no alcanzan, el empleo formal es mínimo y precario, la protección social no existe para cubrir a plenitud la situación deficitaria en que viven las mayorías, el empobrecimiento para dichos sectores es una cuestión rutinaria que mantiene permanentemente estancamientos y en mucho se presentan retrocesos que siempre nos conducen a algo peor del que ya vivimos.

La pandemia es algo que nos ha tocado en lo más hondo, todos estamos afectados por el virus, nadie escapa, los sistemas de salud, las etapas de investigación en los grandes laboratorios, corporaciones tecnológicas que sólo buscan mayores ganancias, pero que no garantizan nada. Las sociedades se debaten en desarrollos cuestionables, en tanto siguen favoreciendo al que tiene, en detrimento de las mayorías que se debaten constantemente entre la subsistencia y la muerte.

En consecuencia, ¿somos una sociedad en condiciones de viabilidad para avanzar en todos los aspectos que nutren una población? Se critica la falta de derechos humanos, sin embargo, es claro que hemos estado en una lucha constante por redimirlos, en mucho la tarea sigue estando inconclusa, la sociedad y en consecuencia los derechos en general de las personas y los humanos nunca han sido progresivos, en tanto no retoman la justicia. La anarquía, la imposición, la dictadura, la arbitrariedad, los abusos, la violencia son acciones de poder utilizados para someter, sumir al debilitado, al sin esperanza, mantener las cosas como están en tanto sean favorables a mis intereses.

El retroceso está involucrado de esa visión por una jerarquización que tiende a subordinar siempre, las relaciones laborales son atrasadas en tanto son verticales, el marco jurídico es poco liberador y justo para el que no tiene medios de producción, los empresarios están llenos de soberbia por la ganancia, sin importarles la explotación de las personas trabajadoras, mientras esto continúe la sociedad estará estancada, con constantes retrocesos, esos que vuelven cada vez que la nueva esperanza se corrompe.

Avanzamos, retrocedemos o estamos estancados ¡he ahí el dilema!

*Sindicalista salvadoreño

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