Libros y bibliotecas: su quema y destrucción

El libro, yo entiendo que empezó, cuando aquellos “primeros monos” y después de saciar sus “muchas hambres físicas, llenas sus barrigas y guarecidos sus cuerpos en sus cavernas”, empezaron a conformar un cerebro deductivo he iniciaron, lo que conocemos como “intelecto e intelectualidad”, lo que demostraron primero, “pintando los monos que veían a su alrededor”.

Por: Antonio García Fuentes*

Y así nacieron los primeros signos de la escritura, en esas “pinturas rupestres”, que muestran desde las huellas de sus manos, a los animales de su entorno; todo lo cual debieron empezar a pintarlo con la sangre de sus víctimas, luego mezclada con vete a saber que otras materias, pero que milagrosamente han llegado con cierta nitidez interpretativa hasta nuestros días; donde algún otro “artista”, contemporáneo, ha llegado decir de las pinturas de una cueva, la de Altamira (España), que es; “una nueva Capilla Sixtina de aquella era, por su gran arte, que los entendidos así lo calificaron”.

Muchos milenios después y evolucionado aquel ser que fue “mono” (y lo seguimos siendo, puesto que nuestro pariente más cercano es el chimpancé del que físicamente sólo nos separa un uno por ciento de los genes)… empezó a escribir, en piedra, arcilla, huesos, maderas; después en papiro, tablillas de bambú, pergamino, papel y así; hasta llegar a la “ordenadomanía”, donde hoy escribo yo y donde ya hay una infinidad de datos, almacenados en “descomunales aparatos” eléctricos o electrónicos, los que no sabemos cuánto y cómo durarán, puesto que “los materiales que hoy se emplean”, pueden no dejar rastro alguno, pasada su época de “vivencia”; puesto que hoy se fabrica todo con la duración, medida y calculada, para que sea tirado a la basura, el mejor de los inventos que hayamos visto a lo largo de nuestra vida, por aquello del consumo masivo y el de “usar y tirar”, que hay que comprar “el nuevo invento” y que el masivo consumo lo siga el mono humano, “aunque reviente”.

Pero gracias a aquellos primeros inventos que el tiempo no ha podido destruir; es como sabemos, “lo que fueron e hicieron aquellos seres humanos”, con los materiales de que dispusieron; y por ello, han llegado hasta nuestra época, desde los jeroglíficos egipcios, pasando por “las piedras mayas” y mucho antes que ellas, las bibliotecas de tablillas de arcilla, de la Mesopotamia o “cuna” de lo que se dice, es nuestra civilización; y es por todo ello, cómo sabemos hoy, que él, “mono humano o ser superior de los homínidos”, sigue siendo tan bestia como lo fue en aquellas épocas, y que sus instintos, ambiciones y avaricias, son los mismos que miles de años antes, de que, “la famosa Cleopatra” y como última, “faraona o reina de Egipto”, se bañara en leche de burra y se acostara, con Julio César y luego con Marco Antonio, más por seguir conservando su poder, que por gozar como hembra, de los atributos de aquellos generales romanos; o sea que, el ejercicio de puta se demuestra que es, sólo, “del precio que se pague a esta por yacer con ella”; y me da igual, decir, “puta que puto”, pues de todo hay (y hubo) en la historia de ese mono, a cuya especie yo pertenezco. La prostitución dicen es, “el oficio más viejo de este perro mundo” y alcanza a todos los “sexos”.

Y ese “bestia” (con perdón para las que denominamos así y las que como animales, simplemente cumplen con los mandatos naturales que les dieron) y mientras más poder tuvo o atesoró, más demostró su perversidad y “bestialismo”; puesto que en cuanto a libros y bibliotecas; ya los mandó quemar, desde cuando se escribía en China, en tablillas de bambú, hasta llegar al último desastre del que yo sepa; y que fue, la gran biblioteca de Sarajevo, incendiada y destruida, tras la muerte del dictador, “Mariscal Tito”, en las muy sangrientas y últimas, guerras “balcánicas”, donde se asesinaron en masa, unos y otros, “creyentes o no”; y de lo que aún hay testigos vivos y que vivieron aquellos terribles hechos, que marcan siempre, cuando; “el orden desaparece y empieza el desorden y la anarquía”(1)

Pero volvamos al libro, como “el mejor amigo del hombre”, puesto que un libro, “se abre totalmente y entrega su contenido al lector, correspondiendo a éste último, el recoger o rechazar sus contenidos; o sea, “separar el grano de la paja”, según sea su inteligencia más o menos desarrollada, puesto que también, “hubo suicidios, incluso producidos por la lectura de libros”; y reitero que “un libro se abre totalmente”, cosa que nunca haremos los seres humanos; pero por eso mismo, “los que mandan y mandaron, temen a los libros, a los que los escriben y a las bibliotecas que los guardan o atesoran”; y como seres inferiores que son, piensan que los destruyen y todo acaba… pero no, el libro al final, continua su recorrido, puesto que el libro es la INTELIGENCIA; y esta, ya lo escribí hace muchos años: “SOBRE LA INTELIGENCIA: La inteligencia es como, “el agua que fluye sin parar”; se le pueden poner diques, pero al final rebasa éstos y termina por, “regar o inundar todos los campos”. Al igual que no existen barreras para “ésta agua”… tampoco las hay para la verdadera inteligencia, la que tarde o temprano se impondrá. Sobre el libro, bibliotecas, y un resumen de su historia con datos abrumadores, los pueden encontrar en el libro: “El infinito en un junco”, escrito por una española de la actualidad, cual es Irene Vallejo; editado por SIRUELA-Madrid; y si de verdad ama al libro, la inteligencia y siente lo que es “humanidad”, prepárese a llorar, más de una vez, leyendo ese libro, por el que hay que felicitar efusivamente a su autora.

(1) MARISCAL TITO Y SU YUGOSLAVIA: TITO: JOSIP BROZ, MARISCAL Y FUNDADOR DE YUGOSLAVIA: Publicaba el diario ABC del 06-01-2004 en páginas interiores (nº 6) y para disimular el que en realidad debiera haber sido un hecho relevante y a destacar en la prensa mundial, lo siguiente. Bien es cierto que al parecer, ninguna otra prensa, radio o TV españoles dijeron “ni pío”, puesto que “Tito”, fue “algo así como Franco en España; y como éste, murió en la cama”. Sintetizaban así la noticia en un recuadro:

“Tito, el croata más insigne”: El semanario Nacional de Zagreb, en su última edición, publica en portada una foto del mariscal Josip Broz Tito (1892-1980) bajo el título de “Tito, el croata más insigne” de la historia. Se trata del resultado de una encuesta organizada por este medio informativo sobre cuál de los personajes del mundo político, científico, militar, cultural y deportivo de la historia croata, es considerado por la opinión pública como el más destacado y representativo. “En la encuesta que duró cinco semanas, participaron 7.779 personas, de las cuales 2.055 votaron a Josip Broz Tito, comandante partisano en la guerra contra la ocupación nazi (1941-1945)(También estuvo aquí contra Franco 1936/39) y líder comunista fundador de la Federación Socialista de Yugoslavia, de la cual fue presidente desde 1945 hasta su muerte.

*Escritor y filósofo

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