Tras un fuerte debate, el ‘Camino Sinodal Alemán’ logra presentar una hoja de ruta progresista al debate promovido por Francisco para la Iglesia mundial, aunque una minoría de obispos bloqueó una propuesta de gran reforma de la moral sexual
¿Un nuevo cisma en Alemania?
Tanto en Alemania como en el Vaticano (y en los think tanks ultracatólicos de Europa y Norteamérica) se es consciente del peso de la posición alemana a la hora de exportar propuestas al resto de la Iglesia. “Nadie hará caso a las propuestas españolas, pero Alemania siempre ha sido, y sigue siendo, un motor teológico y de reformas imprescindible”, admite a elDiario.es un miembro de la comisión vaticana que está recibiendo las propuestas provenientes de todo el mundo. En octubre arrancará la discusión continental, y el año que viene tendrá lugar un sínodo mundial, del que podrían salir reformas que, para algunos, supondrían un avance histórico y, para otros, una ruptura similar a la que, ahora hace medio milenio, provocó otro alemán, Martín Lutero.
¿Qué propone la Iglesia alemana? Solicitar al Papa una revisión de la doctrina que abra la posibilidad del sacerdocio para la mujer, estudiar la modificación de los cánones del Catecismo que condenan la homosexualidad o levantar la prohibición de la ordenación sacerdotal de hombres homosexuales.
La aprobación del texto que pide el cambio en el Catecismo contó con el 92% de apoyos, y un 71% (más de dos tercios) entre los obispos, algo impensable en países como España, donde ningún prelado (y muy pocos de los católicos que participan en la vida diaria de la Iglesia) defendería dejar de considerar las prácticas homosexuales como un pecado.
“Dado que la orientación homosexual pertenece al ser humano tal y como ha sido creado por Dios, no debe ser juzgada éticamente de forma diferente, en principio, a la orientación heterosexual”, se lee en el texto aprobado, que sostiene que la homosexualidad “también realizada en actos sexuales no es un pecado que separe de Dios”. Y, al no ser un pecado, un homosexual podría, perfectamente, ser sacerdote.
Petición histórica a Roma
En cuanto a la mujer, la unanimidad parece casi asombrosa: el 92% de todos los compromisarios, y el 81% de los obispos, aprobaron solicitar que las mujeres puedan también ser admitidas al sacerdocio. El único cambio en el documento original fue cambiar el tono: el primer texto hablaba de “exigir”, mientras que en el enmendado aparece el término “solicitar”. En todo caso, es la primera vez en la historia que una conferencia episcopal pide formalmente al Vaticano revisar la doctrina del sacerdocio para incluir a las mujeres.
El documento aprobado denuncia que “no es la participación de las mujeres en todos los ministerios y cargos de la Iglesia lo que requiere justificación, sino la exclusión de las mujeres del ministerio sacramental”, y lo argumenta: “No existe ninguna línea de tradición ininterrumpida” en la historia de la Iglesia para excluir a las mujeres del ministerio.
Fuente: www.eldiario.es