Neuralink, la empresa de dispositivos médicos de Elon Musk, se ha visto en el punto de mira del inspector general del Departamento de Agricultura de Estados Unidos por denuncias sobre un precipitado proceso de experimentación con animales. ¿De qué trata el proyecto de implantes cerebrales de Musk y cuál es su verdadero objetivo?
Neuralink se fundó en 2016 y busca formas de interacción instantánea entre el cerebro humano y la inteligencia artificial (IA). Mientras algunos esperan los últimos avances de la empresa, otros argumentan que no está haciendo nada innovador y que la industria de neurocientíficos y bioingenieros ya lleva décadas trabajando.
Las tecnologías más notables en desarrollo de Neuralink se diferencian drásticamente. La primera es de tamaño de una moneda y se incrustaría en el cráneo de un ser humano con diminutos cables (1.024 electrodos) que se extenderían por el cerebro. Cada cable es unas 20 veces más fino que un cabello humano. Se espera que el dispositivo va monitorizar y registrar la actividad cerebral y transmitir los datos a los ordenadores de forma inalámbrica mediante ondas de radio similares a las de Bluetooth.
La otra tecnología representa un robot de 2,5 metros de altura que introduciría quirúrgicamente un chip cerebral Neuralink sin dañar al cerebro o los vasos sanguíneos. Musk prometió que el proceso duraría horas y solo dejaría una pequeña cicatriz.
«Nuestro objetivo es grabar y estimular picos en las neuronas de una manera lo suficientemente segura como para que no sea como una intervención quirúrgica importante», aclaró Musk en su presentación de 2019.
Entre las aspiraciones de Musk se destaca el deseo de trascender las fronteras humanas ampliando las capacidades cognitivas de las personas, incluso el desarrollo de una visión o telepatía sobrehumanas.
El empresario advirtió de que, con el actual ritmo de avance de la IA, los humanos pronto se quedarán muy rezagados, y las máquinas desencadenarán una gran variedad de problemas éticos y sociales. El Foro Económico Mundial llama la atención al desempleo, la desigualdad, la interacción humana, los problemas de funcionamiento de la inteligencia artificial, la falta de conciencia incorporada, la posibilidad de rebelión de las máquinas y los límites de la capacidad humana para mantener el control sobre las máquinas y hasta los derechos de los robots.
Fusión de los humanos con la IA
Musk cree que los humanos deberíamos seguir el ritmo de las máquinas e incluso fusionarse con ellas algún día: ante la amenaza de que la IA se generalice, el multimillonario afirma que los humanos pronto podrían resultar inútiles.
«Con el tiempo, creo que probablemente veremos una fusión más estrecha de la inteligencia biológica y la inteligencia digital», dijo Musk en la Cumbre Mundial de Gobierno celebrada en Dubái en febrero de 2017. «Se trata principalmente del ancho de banda, la velocidad de la conexión entre tu cerebro y la versión digital de ti mismo, particularmente la salida».
Propuso desarrollar un ‘encaje neural’ que conecte el cerebro directamente con los ordenadores. El cerebro humano potenciado sería capaz de acceder a la IA de forma instantánea a través de dispositivos digitales o directamente a la nube, donde se dispone de una enorme potencia de cálculo.
No obstante, los expertos tampoco están de acuerdo en este punto. Algunos científicos consideran que ‘fusionar’ un cerebro humano con inteligencia artificial podría traer más perjuicios que beneficios.
Insisten en que sería un ‘suicidio para la mente humana’ si los transhumanistas llegan a sustituir partes del cerebro por componentes de IA. Además advierten de un posible hackeo de este ser humano conectado a la nube. Otros miembros de la comunidad científica sugieren que la combinación fusionada de un humano y una máquina podría dar lugar a una forma superior de inteligencia potenciada por la IA.
Fuente: Sputnik
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