Las razones del éxito del populismo neoliberal

Los populistas de derecha son los grandes ganadores en todas las latitudes del favor de los votantes desde los 80 ‘s.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Entre otros por el arribo del neoliberalismo que pugna por la libertad financiera, que deriva en una competencia feroz, desleal y amoral, así como por el individualismo en los diferentes mercados.

Es el «sálvese quien pueda” en los espacios laborales donde el superficialismo y la moda marcan la pauta, promoviendo la exclusión y el aislacionismo.

Tales condiciones establecen las denominadas edades límite, así como los determinismos en la que apariencia y las maneras que suman o restan elementos al grupo nada cohesionado de «amigos”, solo conforman el “son mi grupo”, expresado como manifiesto del solitario.

Y es ésa, la soledad, la que favorece el arribo de los populismos que no encuentran reparo en poner el acento en la exclusión del otro, fomentando a través del discurso del nosotros y ellos, que los últimos no son bienvenidos porque nos quitan el empleo, porque son diferentes, porque son menos, agudizando y agravando el individualismo, negándonos a su compañía mientras nos aislamos intencionalmente, marginándonos por la desconfianza hacia el otro y en consecuencia negándolos, acompañado ello por el desinterés de un estado regido por esta corriente, que reduce su inversión en espacios públicos orientados el encuentro ciudadano, y en donde los pocos que quedan, incluso los admitidos encuentran barreras para sumarse.

Porque reina estructuralmente el sentido de la individualidad basado en una falsa libertad, que solo existe para pasar por encima de los demás en el ánimo de lograr conquistar mis apetitos materiales y financieros, lo que en consecuencia apaga la llama de la empatía y la solidaridad, del sentido de equidad y pertenencia, exacerbando los antivalores y la inequidad.

Ello facilita el arribo del populismo de derecha, matizado de una ética protestante y materialista, que ve en la acumulación de riquezas, una justificación para desconocerlos, porque aquello es un premio que le da propósito a este proceder mientras legitima su negación por los demás, sus derechos y la propia norma.

Entonces el modelo, la subcultura de la negación, el individualismo, el pentecostalismo y la nula inversión en espacios para el encuentro ciudadano, son solo algunos de los elementos arquitectónicos y sociales que favorecen al populismo, pues legitiman al esquema político y económico a la vez que anulan la posibilidad de ninguna alternativa, derivando así en un círculo vicioso que solo se agrava, al profundizar las desigualdades mientras descarta al humanismo.

Empero, el sentido de pertenencia es promovido electoral y perversamente a través de la exaltación del patrioterismo bajero, que es apenas una reedición que hace hincapié en el nosotros y ellos, y, siendo ellos, por descontado, los malos.

Así, esta apreciación permite identificar estos elementos como el acicate que promueve desde adentro al populismo neoliberal, estancando en el tiempo a nuestras sociedades y reeditando la confrontación entre los estamentos que la componen, lo que continuará si como sociedad no construimos los puentes que nos permitan la integración y la inclusión.

*Educador salvadoreño

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