A sugerencias de mi hijo (Rubén Ernesto Villalta Guerrero) vi el documental sobre el pensamiento de Carl Jong, «La sombra».
Por: Igor Iván Villalta Sorto
Creo que la temática ya expuesta desde muchos años por diversos filósofos griegos, en los que se considera el comportamiento humano como un caballo tirado por carros y todos jalan por su lado hasta obtener el equilibrio, precisamente para que el carro no se desboque:
“El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.”
― Platón
Ahora Carl Jong, aborda el tema con la idea de la sombra, que no se aleja del concepto cristiano del bien y el mal, del Diablo y Dios, y lo hace desde un punto de vista dogmático, como que si la sombra existiese en la realidad.
En el pensamiento científico y materialista de la lectura de los comportamientos humanos. Expone el hecho que nosotros somos producto del medio en donde nos desarrollamos, dejando de lado las patologías que se puedan tener.
En la guerra se podrá observar las conductas más aberrantes, que tienen acciones desde las más humanas y heroicas, hasta las más bestiales y reprochables. Yo comprendí que uno tiene una idea de sí mismo, pero eso va a depender de las circunstancias en que te desarrollas y las que iras enfrentando a lo largo de tu vida.
Uno tiene grandes convicciones, se considera fuerte y valiente, pero cuando le toca enfrentar los grandes acontecimientos y te sientes vulnerable a los hechos, es donde en realidad te iras conociendo.
En ese sentido veo a Carl Jong como un filósofo dogmático que considera que debemos someternos a un pensamiento que él llama «normal» aunque no lo expresa, pero subyace en su discurso.
Ante eso tenemos a otro pensador José Ortega y Gasset «el hombre es él y sus circunstancias» que considero más atinado, porque la lucha entre el bien y el mal, lo correcto o lo incorrecto, la construcción y la destrucción. Siempre se dará, la vida sobre el planeta está sometida a eso.
La vida es una paradoja, que se da en un perfecto equilibrio que indudablemente puede romperse en cualquier momento, no porque exista una fuerza del mal que nos quiere aniquilar, es porque el juego entre el ser racional está en constante disputa entre el ser destructivo. Y además de eso existen fuerzas naturales dadoras de vida que en determinados momentos la pueden apagar.