El 9 de febrero marcó un camino de autoritarismo disfrazado de democracia

Han pasado tres años desde que el presidente Nayib Bukele entró a la Asamblea Legislativa respaldado por soldados fuertemente armados y usurpó la silla del presidente del Órgano Legislativo, una acción que fue catalogada como “intento de golpe de Estado”.

Tres años después de este hecho, señala el director ejecutivo de Acción Ciudadana, Eduardo Escobar, los pocos destellos de avance en temas de democracia se opacaron. Según Escobar, para el año 2019 se necesitaba con urgencia un gobierno que respetara la institucionalidad democrática y los derechos humanos.

Sin embargo, la opción que tomó Bukele y su gobierno el 9 de febrero de 2020 marcó un camino de autoritarismo disfrazado de democracia.

El representante de Acción Ciudadana opinó que dicho incidente ha afectado la cultura democrática en el sentido de profundizar el debilitamiento del Estado de Derecho.

Por su parte, Ruth López, jefa jurídica Anticorrupción y Justicia de Cristosal, señaló que la democracia incipiente que se tenía desapareció vertiginosamente el 9 de febrero de hace tres años, para dar paso al autoritarismo del presidente.

Para López de Cristosal y Escobar de Acción Ciudadana después del 9 de febrero no se ha generado un cambio sustancial en el estilo de Gobierno del presidente.

Es momento de que la sociedad civil organizada y no organizada promueva el ejercicio de los derechos, activando instituciones pese a que estas están cooptadas, dice Ruth López, de Cristosal. Exigir y promover derechos es una acción que refleja que la sociedad civil busca ejercer un control que la institucionalidad ha perdido.

Fuente: Radio YSUCA

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