Un sacerdote católico, el padre Adam Kotas, hizo de sus homilías un espectáculo de comedia tipo stand up, es decir, transformó el viejo y clásico sermón católico en un monólogo divertido de comentarios anecdóticos, irreverentes y graciosos.
Por: Fabian Acosta Rico*
Para católicos de la vieja escuela estos nuevos estilos, desenfadados de predicación, podrán resultar inapropiados y contrarios a las formas religiosas tradicionales que todo presbítero debe seguir como hombre consagrado a algo tan divino y serio como lo es Dios. Pero el nuevo homo religiosus, hijo de la modernidad líquida, habituado a la cultura de lo lúdico, ve con naturalidad esta desacralización de la predicación religiosa; encuentra deseable sino es que necesario quitarle lo “aburrido” y “tedioso” a las misas.
La solemnidad y fastuosidad en el ceremonial religioso ya no venden en el mercado mundial de las religiones; los nuevos consumidores de productos culturales religiosos o espirituales “compran” experiencias lúdicas, divertidas y emocionantes a los influencer, coaching, gurús… de las neo-religiosidades y las neo-espiritualidades.
El padre Kotas en estricto sentido no está innovando; no ha puesto en práctica nada que no hayan ensayado otros predicadores de distintas iglesias; lo que llama la atención con él es que sea católico; entiéndase, su manejo de la palabra y sentido del humor lo esperaríamos más de un pastor evangelista, pentecostal; pero no de un hombre subordinado al Trono de San Pedro. Pero el estilo de este jocoso sacerdote gusta a cierto tipo de feligrés y a esto se debe, principalmente, su fama y popularidad.
Nacido en Polonia, en 1984, a temprana edad se despertó en él la vocación sacerdotal; tras ordenarse en la diócesis de Santa Rosa en California; la suerte o destino lo condujeron a aprender el español y a irse a radicar a México donde perfeccionó dicho idioma y puso en práctica su peculiar forma de ejercer su ministerio presbiteral. Salta la pregunta: su característico sentido del humor ¿le viene de nacimiento o se lo contagiamos los mexicanos o ambos factores se conjuntaron haciendo clic con las inercias culturales de una postmodernidad desenfadada e irreverente? ¿Cuántos más habrá como él? ¿Pocos, muchos…? Con el tiempo se irán dando a conocer sin duda.
No obstante, hubo otro factor que hizo que Kotas no se quedará como un simple cura gracioso de una parroquia perdida en la inmensa geografía mexicana; este fue la pandemia del COVID-19 la cual obligó a la Iglesia y a sus sacerdotes a valerse de las nuevas tecnologías de la información para no perder contacto con sus feligreses. La modernidad llegó a la Iglesia un tanto obligada o, a fuerzas, pero llegó; y personajes como el padre Kotas, presbítero joven, se adaptaron a las circunstancias de manera natural y exitosa. Estaban esperando este momento para irrumpir en las redes sociales, con todas las licencias y permisos de sus superiores. Desde la vigilia del Domingo de Ramos de 2020, el padre Kotas empezó a transmitir sus misas a través de su página de Facebook creada en 2018.
Pero ¿qué hay de controversial en el predicar de Kotas que tanto divide las opiniones entre quienes lo critican por su poca seriedad y uso del doble sentido y los que, por el contrario, lo felicitan por el desenfado en su forma de llevar la palabra de Dios a sus seguidores y feligreses? En sus sermones es típico de él que utilice monólogos pícaros como el siguiente: “si Dios puede mover montañas, dice la Biblia que no puede tocar un corazón chiquito que tiene tu esposo. Lo tiene chiquito tu esposo. El corazón, el corazón, ok. ¿Por qué se ríen? Yo los conozco mentes cochambrosas”. Sin ser el español su lengua materna, el padre Kotas lo sabe manejar con la sorna y picardía de los hispano-hablantes mexicanos. En otra de sus predicaciones, muy por el estilo de la anterior, suscitó más de una carcajada: “Dile a la persona que está a tu lado: la tengo dura mi vida”. Una mujer lo corrige de su aparente error diciéndole que lo correcto sería decir: “mi vida es dura”.
Por expresiones como estas el Padre Kotas se convirtió en un personaje polémico y más se agravó su situación cuando decidió, el 20 de julio de 2021, dejar la Iglesia Católica para unirse a la cismática Iglesia Católica Nacional Polaca fundada en marzo de 1897, en Scranton, Pensilvania (Estados Unidos) por emigrantes polacos católicos que desconocieron la autoridad del Papa.
A la vuelta de unos meses, el Padre Kotas publicó un video, el 6 de febrero de 2023, en sus redes sociales en el que se muestra arrepentido y lo expresó con las siguientes palabras: “Cometí un error al unirme a la Iglesia Católica Nacional Polaca, la cual creía yo que era una opción legítima para vivir la fe católica y no lo es”. Y como consecuencia de sus actos lamenta: “haber llevado a muchos al error”. Invita a sus seguidores “a que permanezcan en la Iglesia”. Finalmente señala que “como humano me equivoco, pero afortunadamente perdonar es divino y sé que la Iglesia Católica Romana que Jesús fundó perdonará mi error y me recibirá de nuevo”.
*Universidad Del Valle de Atemajac campus Guadalajara – México