Mentir, es una característica central de la vida, afirma Paul Ekman, en su libro, “Como detectar mentiras: una guía para utilizar en el trabajo, la política y la pareja”. Hay dos formas fundamentales de mentir: ocultar y falsear.
Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*
Ocultar es retener información y falsear es presentar información falsa. Una mentira falla porque trasluce una emoción oculta. Para ocultar una emoción la mejor manera es ponerse una máscara. La más hábilmente utilizada es la sonrisa. Otros modos de mentir para despistar son reconocer la emoción propia y atribuirla a una causa falsa, admitir una verdad de manera exagerada e irónica, ocultamiento a medias, admisión de una parte de la verdad, evasiva por inferencia incorrecta y decir la verdad de un modo que implique lo contrario. Algunas pistas sobre el embuste o auto delación son cambios de la expresión facial, movimiento del cuerpo, inflexión de la voz, ritmo respiratorio, largas pausas, desliz verbal, micro expresión facial y un ademán que no corresponde.
El temor puede ayudar al mentiroso a no incurrir en equivocaciones, pero, si el temor es mayor, puede producir signos conductuales que un descubridor avezado notara en seguida. Así que cuanto mayor sea lo que está en juego, mayor será el temor a ser detectado. El resquemor será mayor si lo que está en juego es evitar el castigo. Los engaños pueden acarrear dos clases de castigos: el que le aguarda en caso que la mentira falle y el que puede recibir del propio acto de mentir. La severidad de los castigos influye en que los mentirosos confiesen sus transgresiones o mientan al respecto.
Los sentimientos de culpa por engañar resultan atormentadores y minan los sentimientos de auto estima. Para aliviarse es necesario confesar el engaño a pesar de la probabilidad que sea castigado. Otro sentimiento vinculado a la culpa es la vergüenza. La humillación que la vergüenza impone requiere ser reprobado o ridiculizado por otro. El deseo de aliviarse de la culpa mueve a confesar el engaño y el deseo de evitar la humillación de la vergüenza, lleva a no confesar el engaño. Cuando alguien miente pueden aparecer sentimientos negativos como temor a ser atrapado o culpa por desorientar al destinatario. Igualmente mentir puede dar lugar a sentimientos positivos, hace sentirse bien a quien fabrica la mentira y experimenta un deleite por engañar. El temor y el deleite pueden evidenciarse en la expresión facial, en la voz y en los movimientos del cuerpo. La gente presta mayor atención a las fuentes menos fidedignas: las palabras y las expresiones faciales. Los suspicaces prestan mayor atención a la voz y al cuerpo. Indicios vocales de engaño son las pausas demasiado largar o frecuentes, la velocidad y la violencia de la voz (ira o temor), menor velocidad y volumen de la voz (tristeza). Los movimientos corporales reflejan sentimientos ocultos, estos cambian cuando el sujeto está sometido a estrés. Los emblemas tienen un significado preciso dentro de un grupo cultural determinado: encogimiento de hombros (no lo sé), dedo mayor alzado (¡anda que te lo metan!), vaivén vertical de la cabeza (si), vaivén horizontal de la cabeza (no), etc. Hay dos formas para determinar si emblema es desliz: primero, solo se ejecuta un fragmento del emblema y segundo, se ejecuta fuera de posición de presentación del individuo ante el otro.
Otro tipo de movimiento corporal que puede ofrecer pistas sobre el embuste son las ilustraciones que ejemplifican los que se dice. Habitualmente las ilustraciones se hacen con las manos. El estilo de las ilustraciones es adquirido, personas pertenecientes a distintas culturas utilizan diferentes ilustraciones. Dentro de la misma cultura, los individuos difieren entre sí en la cantidad de ilustraciones. Puede delatar una mentira si una persona disminuye el número de ilustraciones utilizadas a lo habitual. Cuando alguien miente, los deslices emblemáticos aumentan y las ilustraciones se reducen.
Un tercer tipo de movimiento corporal de auto delación son las manipulaciones, que son signos de perturbación, tales como masajear, frotar, rascar, agarrar, pinchar, estrujar y acomodar o manipular a otra parte del cuerpo. Las manipulaciones pueden ser de muy corta duración o extenderse durante varios minutos.
El rostro presenta un doble mensaje ya que es un sistema dual: lo que el mentiroso quiere mostrar, que es voluntario y lo que lo traiciona y quiere ocultar, que es involuntario. La mayoría de la gente se cree capaz de detectar las expresiones faciales falsas y no lo es. Una fuente menos patente de auto delación facial son las micro expresiones. Las micro expresiones son expresiones emocionales, que abarcan todo el rostro y duran una fracción de lo que duraría la misma expresión en condiciones normales: desprecio, tristeza, sorpresa, miedo, asco, felicidad y enfado. La expresión abortada suele durar más que la micro expresión, pero, no es tan completa. Alguien que manifieste una micro expresión o expresión abortada, no basta para asegurar que miente. La frente es la sede principal de los movimientos musculares fidedignos. Otras fuentes faciales fidedignas aparecen en la zona de la boca y en los ojos. Los músculos faciales fidedignos no pueden usarse para expresiones falsas. Pero complican su interpretación, si el mentiroso recurre a una técnica teatral a fin de representar una emoción falsa.
La asimetría, la secuencia temporal y la sincronización o inserción dentro del flujo de la conversación son indicios de falsedad. La emoción se refleja con mayor intensidad en el lado izquierdo del rostro. Si muchas expresiones faciales son asimétricas es probable que no sean auténticas. El tiempo incluye la duración total de una expresión facial: lo que tarda en aparecer y en desaparecer. Las expresiones auténticas no duran tanto, expresiones de larga duración son probablemente falsas. Suelen ser emblemas o expresiones fingidas en sincronización con respecto al hilo del discurso. Hay cuatro fuentes de auto delación: deslices verbales, deslices emblemáticos, peroratas enardecidas y micro expresiones.
Los errores en la detección del engaño son la incredulidad ante la verdad y credulidad ante la mentira. Otras fuentes de error en detectar la artimaña son el Riesgo de Brokaw, no tomar en cuenta las diferencias individuales y el Error de Otelo, una persona veraz puede presentar el aspecto de una persona mentirosa si está sometida a tensión. El polígrafo no detecta las mentiras, mide únicamente los signos de activación del sistema nervioso autónomo. El sospechoso debe reconocer dos preguntas: relevante y control. La pregunta control debe producir en el individuo inocente, una reacción emocional igual o mayor que la pregunta relevante sobre el delito en cuestión. Si inocente presenta una mayor reacción emocional ante pregunta control que ante la relevante, se produce un error de incredulidad. El inocente no debe presentar mayor reacción emocional a pregunta relevante concerniente al delito. Pero hay inocentes que reaccionan ante pregunta relevante, que ante pregunta control (Error de Otelo). El polígrafo solo puede emplearse con sujetos que consienten y cooperan con la prueba. Las mentiras más difíciles son las relacionadas con las emociones. La mentira será tanto más difícil, cuanto más intensas sean dichas emociones y cuanto mayor sea el número de emociones distintas que deben ocultarse. Cualquier variante de mentira falla, si el mentiroso no posee capacidad estratégica y es incapaz de prever de antemano sus movimientos o los del adversario.
La capacidad para detectar micro expresiones faciales está relacionada con la capacidad para distinguir la mentira de la verdad. Pero nuestra historia evolutiva no nos ha preparado ni para ser buenos cazadores de mentiras ni para ser buenos mentirosos. En una sociedad donde la supervivencia de un individuo dependía de la cooperación con el resto de la población, ser sorprendido en una mentira importante podría llegar a ser mortal. En cambio, en las sociedades industriales modernas, las oportunidades para mentir abundan. Y cuando un mentiroso es pillado, las consecuencias sociales no son desastrosas. El desarrollo de la capacidad de detectar engaños es a través de la práctica.
*Psicólogo salvadoreño