Don Carlos Durán era un emprendedor del transporte que ofrecía sus servicios en Colón; ahí y mientras ejercía fue asesinado por los que se supone son solo un recuerdo: pandilleros.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
La ruta en la cual trabajaba don Carlos, el año pasado había denunciado el hostigamiento de los terroristas, parando sus labores aguardando a que las autoridades y en el marco del régimen de excepción les brindara protección.
En la víspera don Carlos, con mucha valentía, se negó a pagar a los maleantes la renta que le demandaban estos, confiado de la seguridad que el gobierno asegura ya existe.
La tarde del día 5, fiados los criminales en la impunidad que siempre los abrazó, lo asesinaron.
Y es que el caso que describimos desnuda crudamente que lo afirmado por las autoridades es falso, pues el régimen de excepción no acabó con el terrorismo doméstico, el cual se ha reorganizado, crece y repta bajo las narices del régimen.
Esto porque los crímenes no desaparecerán en el país por cuanto las condiciones que los generan no han sido abordadas, por el contrario, se han agravado en el marco de las medidas represivas que el régimen impulsa porque estas se ceban contra los estratos menos favorecidos, promoviendo así y por exclusión su participación en el crimen.
A la represión debemos sumar la política de desempleo que el régimen impulsa entre miles de ciudadanos que antes sirvieron en el estado, por las razones más abyectas e injustas, para en cambio repartirlos entre su militancia partidaria, que, sin capacidad o dominios necesarios para ejercer en la cosa pública, contribuyen a incapacitar al estado favoreciendo por esta vía el desarrollo de nuevas expresiones de crimen.
Ello también se aplica al trabajo informal.
Debemos añadir, la política que mana de la tesis del paraíso y la negación que promueve el régimen, según la cual en solo un año éste lograra superar porque sí todos los males sociales padecidos históricamente en nuestro país, generando en ese solo espacio de tiempo condiciones sociales inigualables en Latinoamérica y que han logrado para nuestra población solo prosperidad, lo que además es sostenido silenciando cualquier opinión que la contravenga, incluso con cárcel.
Esto incluye falsear los datos relativos a la seguridad pública, distrayéndonos con súbitas situaciones sacadas de la manga, cortinas de humo en toda propiedad, dirigidas a distraer a la ciudadanía de lo que se sucede y afecta.
Somos entonces cautivos de la desinformación y la alienación del régimen, dirigida a sostener la aprobación de la gestión sin consideración de los efectos que ello supone para la propia población, porque además tiene el propósito de encubrir los acuerdos celebrados entre el gobierno y el terrorismo doméstico, lo que lo hace cómplice de este y demás delitos de sangre contra la ciudadanía.
Entonces pérdidas como la de don Carlos no deben sucederse más, castigando además a los responsables, pero a todos, incluidos los negociadores desde el estado como a quién los enviará a celebrar acuerdos con los terroristas.
Abordando finalmente las causas, superándolas.
*Educador salvadoreño