Como un suceso de indudable trascendencia, las conversaciones oficiales entre el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez y su homólogo ruso Vladimir Putin, en el Gran Palacio del Kremlin.
Un saludo del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, transmitió el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros al Mandatario de la hermana nación.
Al concluir el encuentro privado entre las delegaciones, los dos jefes de Estado firmaron una Declaración Conjunta sobre enfoques comunes en asuntos internacionales, en la cual se expresa la alta coincidencia de posiciones entre los dos gobiernos en temas de la agenda bilateral e internacional y abarca aspectos en el ámbito político, económico y social.
«Nos proponemos elevar las relaciones económico-comerciales y financieras con la Federación de Rusia al nivel que hoy disfrutan nuestras excelentes relaciones políticas», aseguró el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ante la prensa acreditada para la ocasión.
«Los proyectos económicos conjuntos en los sectores de la energía, el transporte, la metalurgia y la biotecnología ocupan un lugar importante en nuestros planes de desarrollo económico y aún cuentan con un gran potencial», puntualizó.
De útiles calificó las conversaciones con el Presidente Vladimir Putin, las cuales «nos han permitido constatar el excelente estado de las relaciones bilaterales», enfatizó.
Rememoró luego la fructífera visita a la nación caribeña del mandatario ruso en el año 2014, momento a partir del cual «los intercambios de alto nivel se han consolidado y ampliado», constatándose la alta prioridad concedida por ambos a las relaciones bilaterales y las potencialidades para continuar desarrollándolas.
«Nos satisface el alto nivel de coincidencias en los diferentes temas de la agenda internacional, particularmente en la defensa de la paz y el papel de la instituciones internacionales», subrayó.
Esta visita –dijo- tiene para nosotros una alta significación. «Una visita, ante todo, para expresar que en nuestro concepto de continuidad de la Revolución cubana, fieles al legado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y del General de Ejército Raúl Castro Ruz, están presentes también la continuidad y el fortalecimiento permanente de las relaciones de Cuba con Rusia.»
Otra vez las emociones a flor de piel al evocar la entrañable amistad que desde hace años une a nuestros pueblos. «Estoy seguro de que estas conversaciones marcarán un hito en el desarrollo de las relaciones», valoró Díaz-Canel.
Acto seguido recordó que a su arribo a Rusia, «primer pueblo en el mundo que apoyó a Cuba en el enfrentamiento al bloqueo desde los primeros años, recibimos la noticia de la victoria en la Organización de Naciones Unidas y eso le da un significado particular a esta visita». «Yo creo que a veces las casualidades de la historia marcan también momentos muy importantes para todos.»
Agradeció entonces la firme posición mantenida por el Gobierno ruso en contra del bloqueo económico, comercial y financiero que afecta a la Isla.
Seguidamente, destacó la disposición expresada por el Presidente Putin de apoyar el proceso de actualización económica en Cuba, que se ha concretado a través de una participación efectiva del Gobierno y las empresas rusas en los principales sectores de desarrollo económico y social de nuestro país hasta el año 2030 y en perspectiva.
Por último, reiteró al Presidente Putin la invitación para cumplimentar una visita oficial a Cuba en el próximo año, momento en el que se cumplirán cinco años de su última estancia en la Mayor de las Antillas.
Con anterioridad, el mandatario ruso se había referido a la «celebración de las negociaciones de manera constructiva, eficiente y de amistad», lo cual –afirmó- «es una característica particular del diálogo entre Rusia y Cuba; nuestros pueblos están tradicionalmente unidos por lazos de amistad, afecto, respeto mutuo y apoyo solidario.
Ambos mandatarios hemos encargado –aseguró Putin-, «elaborar medidas concretas para aumentar nuestro intercambio comercial y ampliar la cooperación en el ámbito de las inversiones». Y destacó las positivas experiencias en las esferas energética, industrial, de producción de medicamentos y de transporte donde se incluye la modernización de la red de ferrocarriles cubanos.
«Estamos listos para apoyar la capacitación de profesionales de alta calificación de Cuba en distintos ámbitos», aseveró.
Por otra parte, reconoció que Cuba sigue estando entre los destinos más populares de turistas rusos y el año pasado miles de ciudadanos de este país visitaron la Isla.
Al referirse a la agenda global y regional ratificó que son similares las visiones de ambos gobiernos sobre la mayoría de los temas claves, confirmándose así el interés mutuo de continuar coordinando las acciones en la arena internacional.
«Rusia y Cuba siempre han abogado por el cumplimiento total de principios claves del derecho internacional consagrados en la carta de la ONU, incluso el respeto de la soberanía e intereses de todos los estados, la inadmisibilidad de la presión de fuerza, así como el uso de sanciones unilaterales y la interferencia en asuntos domésticos de un país», recordó.
A su vez, destacó también las intenciones comunes de profundizar el diálogo con organizaciones regionales y asociaciones de integración de América Latina y el Caribe.
Y como colofón de la jornada vespertina quedó la clara convicción de ambos gobiernos, ratificada por el Presidente Putin, «de que lo acordado aquí va a fomentar la cooperación de nuestros lazos».
ENCUENTRO CON FRATERNALES AMIGOS
Tan intensa como las jornadas en Cuba del Presidente Díaz-Canel, fue la de este viernes en Moscú donde se incluyeron varios encuentros bilaterales.
La Duma Estatal de la Federación de Rusia fue el primer sitio de reunión, donde sostuvo conversaciones con Viacheslav Volodin, presidente de la también conocida como Cámara Baja del Parlamento Ruso, a la cual Cuba agradece la presentación de varias resoluciones de apoyo contra el bloqueo que impone el Gobierno de los Estados Unidos, la libertad de nuestro Cinco Héroes y otras tantas causas que nos afectan.
De amistoso calificó el Presidente cubano este encuentro en su cuenta en Twitter; una oportunidad más para fortalecer las relaciones interparlamentarias que nos unen.
Fue justamente Viacheslav Volodin, quien encabezó la delegación de Rusia que nos acompañó en los tristes días tras la muerte de Fidel. En la Plaza de la Revolución dijo entonces: «Fidel se convirtió en el símbolo de la lucha de muchos pueblos, una lucha que se coronó de éxito. Tenemos el deber de recordar que es gracias a él que Cuba ha logrado preservar lo más valioso que puede tener cualquier Estado: su independencia.
«El aporte de Fidel al establecimiento y desarrollo de las relaciones entre Rusia y Cuba es inmenso. A pesar de las distancias que nos separan, a pesar de los problemas que hemos afrontado, hemos estado, estamos y estaremos unidos.»
Poco después, tuvo lugar la cita con Guennadi Ziuganov, presidente del Partido Comunista de la Federación de Rusia. Un fraternal encuentro a partir del cual se fortalecen aún más las relaciones que unen a este Partido y el nuestro.
Cercano al mediodía lo recibió luego en la sede de la Cámara alta del Parlamento, Valentina Matvienko, presidenta del Consejo de la Federación, quien dio una sincera bienvenida al Presidente cubano y la delegación que lo acompaña. «Rusia siempre ha experimentado sentimientos cordiales hacia el pueblo glorioso de Cuba y vamos a estar cerca siempre», afirmó.
Damos un intenso valor a sus palabras -subrayó Díaz-Canel- porque sabemos que vienen de alguien que quiere mucho a Cuba y que lo ha demostrado en su gestión al frente del Consejo de la Federación.
«Rusia continúa siendo para nosotros una tierra entrañable y al pueblo ruso lo consideramos un pueblo hermano.»
A todos sus interlocutores agradeció también el Presidente cubano la permanente posición del pueblo ruso, el Gobierno, su Parlamento y diversas instituciones la solidaridad con nuestra demanda de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero que ha impuesto a la Isla el Gobierno de los Estados Unidos.