LIBRO: La psicología del totalitarismo

La Psicología del Totalitarismo” fue publicado en el dos mil veintidós. Su autor es el psicólogo clínico belga, Mattias Desmet, experto mundial en la teoría de formación de masas y profesor de psicología clínica en la universidad de Ghent, Bélgica.

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*

En el dos mil veinte, escribe Desmet, la aldea global quedó atrapada por la historia de un virus. El cual obligó al gobierno chino a tomar medidas draconianas. Cuando el virus llega a Europa y comienzan a registrarse infecciones y muertes, casi todos los países del mundo siguen el ejemplo de China, colocando a grandes poblaciones de personas bajo arresto domiciliar. Se recurrió a virólogos para reemplazar a los políticos poco fiables, quienes idearon que las puertas de libertad se reabrirían solo después de las dosis de vacunas. Los expertos cambiaron las reglas de la noche a la mañana. Sus recomendaciones se traducían, cada vez, en pérdidas de libertades. Esto creo muchas incertidumbres. Algunas personas se convencieron que tratábamos con un virus asesino, otras personas creían que era una gripe estacional y otros, que el virus ni siquiera existía y que lidiábamos con una conspiración mundial.

Desmet intento llamar la atención sobre el peligro del miedo y la dinámica social tecnocrática-totalitaria que se estaba suscitando. Al analizar las estadísticas y los modelos matemáticos en los que se basaba la narrativa del coronavirus, Desmet encontró que se sobre estimo la peligrosidad del virus. El autor intento conquistar la atención de la sociedad, pero, la gente continúo siguiendo la narrativa oficial. Centrándose, posteriormente, en los procesos psicológicos que estaban en funcionamiento en la sociedad, que explican como las personas se vuelven ciegas y siguen una narrativa absurda.

La formación de masas es un tipo específico de formación de grupo que, hace que las personas se cieguen radicalmente a todo lo que vaya contra lo que cree la masa. En ella, el individuo está dispuesto a sacrificar el interés individual por el bien colectivo. Los individuos se vuelven radicalmente intolerantes con las voces discordantes. Finalmente, los individuos cometen atrocidades contra aquellos que no están de acuerdo con las multitudes.

Los procesos de formación de masas pueden ser espontáneos o provocados a través del adoctrinamiento y la propaganda. Si la formación de masas no está respaldada por el adoctrinamiento y la propaganda, difundida a través de los medios de comunicación, será de corta duración y no se convertirá en un Estado Totalitario de pleno derecho. Ya sea que la formación de masas haya surgido espontáneamente o intencionalmente, ninguna puede continuar existiendo por mucho tiempo, si no es alimentada por el adoctrinamiento y la propaganda. Si esto sucede, se transforma en Estado Totalitario. Este tipo de Estado controla el espacio público, político y privado. El Estado Totalitario tiene una enorme policía secreta a su disposición y parte de la población, está en manos de la formación de masas, por lo que creen fanáticamente, las narrativas distribuidas por la élite a través de los medios de comunicación.

Desmet estima que está surgiendo, en nuestra sociedad, un totalitarismo dirigido por tecnócratas y burócratas. Ante el cual, cierta parte de la población resistirá y no caerá presa de la formación de masas y si toma decisiones correctas saldrá victoriosa. Para tomar decisiones correctas, tenemos que partir de un análisis de la naturaleza del fenómeno de la formación de masas.

La psicología del totalitarismo presenta un análisis histórico-psicológico de los últimos cientos de años que llevaron al surgimiento del totalitarismo. La crisis del coronavirus encaja en las respuestas sociales desesperadas y autodestructivas ante objetos de miedo: terrorismo, calentamiento global, coronavirus, etc. Cada vez que surge un nuevo objeto de miedo en la sociedad hay una sola respuesta: mayor control. El control coercitivo lleva al miedo y el miedo lleva a un control más coercitivo, que termina en la destrucción radical de la integridad física y psicológica de los seres humanos.

Nuestro miedo se origina en el fracaso de la narrativa de la ciencia mecanicista, que reduce al hombre a un organismo biológico, ignorando sus dimensiones psicológicas, espirituales y éticas. Esta narración hace que el hombre se aislé de sus semejantes y de la naturaleza, convirtiendo al ser humano en un sujeto atomizado. Y este sujeto atomizado es la piedra angular del Estado Totalitario. La ideología mecanicista hace que la gente sea vulnerable a la formación de masas. Crea experiencias con ausencia de significado y propósito en la vida produciendo altos niveles de ansiedad, frustración y agresión. La ideología mecanicista cambio las características psicológicas a las “elites”.

Antes de la ilustración, la sociedad estaba dirigida por nobles y clérigos. Esta autoridad impuso grandes narrativas religiosas que mantuvieron un firme control sobre la mente de las personas. Al surgir la ideología democrática, los líderes tenían que ser elegidos por las masas. Estos consideraban averiguar que querían las masas. Los líderes, en realidad, se convirtieron en seguidores.

Por tanto, si las masas no pueden ser comandadas, debían ser manipuladas. Así nació el adoctrinamiento y la propaganda modernas. Adoctrinamiento y propaganda se asocian a Estados Totalitarios, pero, desde principios del siglo veinte, se usaron en todos los estados “democráticos” del mundo. Otras técnicas de manipulación masiva son el lavado de cerebro y la guerra psicológica.

La proliferación de la tecnología de la vigilancia masiva, ha conducido a nuevos medios para la manipulación de las masas. Los avances tecnológicos prometen nuevas técnicas de manipulación, como manipular la mente a través de dispositivos insertados en el cuerpo y en el cerebro de humanos.

El totalitarismo es la consecuencia lógica del pensamiento mecanicista y la creencia delirante en la omnipotencia de la racionalidad humana. La psicología del totalitarismo analiza, su psicología y el contexto de los fenómenos sociales de los que forma parte. El objetivo es, centrarse en los procesos culturales e históricos de los que emerge.

La psicología del totalitarismo explora las posibilidades de una salida al estancamiento cultural actual. La crisis social de principios del siglo veintiuno, es la manifestación de un trastorno psicológico e ideológico subyacentes, donde una vieja ideología se alza en el poder, pero, las placas tectónicas sobre las que descansa su visión de mundo están cambiando. Cada intento de resolver los problemas sociales actuales sobre la base de la vieja ideología, solo empeorará las cosas. Desmet considera que la verdadera tarea que enfrentamos, como individuo y como sociedad, es imaginar una nueva visión de la humanidad y el mundo.

*Psicólogo salvadoreño

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