Los jesuitas de Nicaragua. Una interpretación de la crisis

Después del Concilio Vaticano II, los jesuitas entraron en una revisión de su perspectiva apostólica, que en el gobierno del Padre General Pedro Arrupe SJ se plasmó, entre muchos otros ajustes en la consiga de la misión, expresada en la fórmula sintética: “el servicio de la fe y la promoción de la justicia”.

Por: Arturo Navarro

Fue en 1974 donde la expresión “En todo amar y servir” clave identitaria de los jesuitas, va actualizándose al establecer que “la misión de la Compañía de Jesús hoy es el servicio de la fe, del que la promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta” (Decreto 4, Congregación General 32). Esta consigna “el servicio de la fe y la promoción de la justicia” se ha convertido en el eje desde el cual se han sostenido las obras y las preferencias apostólicas de la Compañía de Jesús. Particularmente en América Latina, los jesuitas fueron uno de los grupos que impulsaron la existencia de las comunidades eclesiales de base (CEBs) que derivaron en la relación de los creyentes con macroestructuras como las organizaciones políticas y el trabajo con otros grupos de la sociedad civil, algunas al margen de la institución eclesial. El apoyo a la disidencia, a la búsqueda de alternativas sociopolíticas y de alcanzar la justicia ha sido documentado por muchos investigadores donde se señalan los claroscuros de esta acción, entre ellos Fernando M. González. Sin embargo, de distintas formas, el apoyo a la reflexión crítica sobre las situaciones sociales que reclaman justicia se convirtió en la característica de las obras de la Compañía en América Latina.

En el caso de Nicaragua existen varios datos que hay que considerar para ubicar el conflicto que se vive hoy. Los jesuitas llegan a Nicaragua en 1871 y diez años después son expulsados en 1881 por sus ideas progresistas. En 1916 regresan al país fundando el Colegio Centro América y en 1946 el Instituto Loyola. En los años 60 estudia en la Universidad Centroamericana, Casimiro Sotelo Montenegro (1962-1966), líder estudiantil que se convierte en uno de los dirigentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

La Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua, es fundada en 1960 en el panorama del desarrollo del Concilio, así, el dinamismo surgido de éste, combinado con encomienda de la vuelta a los orígenes de la vida religiosa, y la precisión de la misión de la Compañía de Jesús optando por expresar la fe en los compromisos de justicia son el marco para que en sociedades complejas como la nicaragüense se eduque en el análisis sociopolítico religioso. La intención es abrir espacio a la criticidad y a la esperanza.

Por otra parte, los centros educativos de la Federación Fe y Alegría de los mismos jesuitas se convierten en espacios que en el nivel popular ofrecen la oportunidad de pensar en alternativas de justicia a partir del intercambio de experiencias. En dichos centros educativos existe una variedad de cursos y talleres, entre los que destacan el diplomado en incidencia política; y los cursos de ciudadanía, de innovación educativa para el aprendizaje y la transformación social, así como de liderazgo ignaciano entre otros. Se trata de una iniciativa amplia que, a partir del análisis sociopolítico religioso, la recuperación crítica de la historia y la construcción de iniciativas busca en distintos frentes la construcción de la justicia social. Actualmente en Nicaragua existen 129 centros educativos de Fe y Alegría, de los cuales 22 son propios y 107 centros asociados y comunitarios que atienden a 54000 personas.

El enfrentamiento del gobierno con la Compañía de Jesús tiene varias explicaciones, pero una de ellas se localiza en la contribución de los jesuitas a la formación en la utopía, el análisis social, la crítica y la resistencia no violenta como forma de pensar el cristianismo. Explicar el conflicto por el acompañamiento de los jesuitas al pueblo de Nicaragua es reducir el asunto a una cuestión pastoral en abstracto. La pastoral de la iglesia católica, y en este caso de los jesuitas tiene propósitos, estrategias e intenciones que impactan la estructura política. Con su trabajo como seguimiento de las preferencias apostólicas, que en algunos sectores se entiende como acción profética, los jesuitas, pero sobre todo los laicos que los siguen se han convertido en piedra de choque para la dupla Ortega-Murillo. En este contexto, parece ingenuo el llamado de la jerarquía jesuita al diálogo con el gobierno pues es previsible la continuación de la hostilidad gubernamental. ¿Qué harán los jesuitas frente al gobierno? No alcanzo a ver posibilidades de construir un acuerdo, y en cambio se observa la polarización que podría derivar en una escalada de mayores conflictos. Tampoco se observa una estrategia consistente y amplia entre los diversos sectores de la Iglesia católica, sino respuestas débiles que no parecen ir en la línea de la criticidad que se fomentó con estas obras de los jesuitas en Nicaragua. La criticidad tiene consecuencias no siempre previsibles y requiere la creación de escenarios para actuar.

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