El día viernes 3 de noviembre de 2023, Leda Bergonzi visitó el Complejo Penitenciario Rosario, Subunidad 2, de la ciudad de Rosario Provincia de Santa Fe, Argentina. El mismo pertenece a la cárcel de mujeres de dicha ciudad.
Por: M. Paz Torcigliani*
Para visitar dicha cárcel están inscriptos 15 cultos diferentes, de los cuales 12 pertenecen a grupos evangélicos y evangélicos pentecostales, un culto católico, Testigos de Jehová y Mormón. Todas las visitas tienen 2 horas reloj para compartir entre los pabellones que los reciban, una sola vez a la semana; excepto los católicos que ingresan a la subunidad 2 los martes y viernes, logrando así 4 horas reloj semanalmente, entrando a todos los pabellones.
Esta diversidad conforma, un escenario multirreligioso donde las detenidas conviven y dialogan con todos los cultos en general. Son muy pocas las presas que deciden compartir su tiempo con un solo culto, podemos decir que pueden ser 3 de entre 70 chicas por pabellón.
Leda es católica, del grupo carismático Soplo de Dios Viviente, que ha tomado fuerza y difusión durante este 2023, por las expresiones y efusiones del Espíritu Santo en sus encuentros de oración y sanación, recorriendo varios templos de la ciudad de Rosario hasta congregarse, los días martes, en el predio de la ex-Sociedad Rural, solicitando a varios sacerdotes el acompañamiento con las confesiones y la exposición de El Santísimo para la Misa, la oración e imposición de manos que la misma Leda realiza junto a un grupo de personas, varones y mujeres, que rezan el Santo Rosario y sostienen a las personas que reciben “el descanso del Espíritu” cayendo al suelo.
El viernes 3, el Pabellón 1 fue visitado por diversos cultos: uno cristiano con 2 representantes externas y uno católico también con 2 representantes laicas. En ese momento ingresó Leda con su grupo y dos sacerdotes, quienes expusieron el Santísimo, expresaron unas palabras de bienvenida, una bendición de inicio y Leda comenzó a cantar adorando al Santísimo. Luego se ofreció para hacer imposición de manos y las presas del pabellón se hicieron presentes para recibir la bendición. Las de la planta baja se hicieron presentes y las del 1er piso bajaron también.
Las dos mujeres pertenecientes al culto cristiano se retiraron del pabellón y las presas que estaban en ese momento con ellas se incorporaron a la fila para recibir la bendición.
Fue un momento de intensidad energética. Muchas chicas cayeron al piso, otras gritaban alaridos desgarradores moviéndose en diferentes direcciones. Este hecho, luego de 40 minutos, generó unión y bendiciones entre las presentes, que, llorando, se abrazaban y agradecían.
Este hecho me interesó porque desde mis investigaciones en representaciones religiosas sostengo (Garreta, 1993) que los espacios de la cárcel, son neutros, entendiendo la neutralidad por la convergencia de lo sagrado y lo profano, los cultos de alabanza y exposición al Santísimo y los motines y enfrentamientos. Comparto (Ceriani, 2013), que la categoría religión es parte de los procesos sociales y culturales de quienes lo viven y “es objeto de constante negociación, lucha y conflicto” (2013:24), situaciones que conviven en este pabellón.
En contexto de encierro, según nuestras investigaciones, las representaciones religiosas se observan como “conjuntos difusos o borrosos”, útil para explicar “fenómenos de multirreligiosidad” (Ceriani 2013:35), y al hablar de multirreligiosidad, se desecha el concepto de deslealtad. Estas categorías esclarecen el vínculo de las presas con los diferentes cultos que las visitan.
Este “conjunto difuso y borroso” del que habla Ceriani se vio en la visita de Leda, cuando las representantes del culto cristianos decidieron retirarse y las presas se unieron a la adoración y bendición. Cuando las chicas salían de sus celdas para unirse al encuentro. Como lo presenta Masferrer (2013:33) “Mi hipótesis plantea que la lealtad de los feligreses es fundamentalmente con su modo de consumo, producción y reproducción de bienes simbólicos”. No es pertinente preguntarse acá si perciben las diferencias de cada creencia y práctica.
Las presas, posiblemente, continúen enfrentándose con la presencia de las diferentes denominaciones cuando ellas lleguen a los pabellones, pero existen representantes de cada culto que generan movimientos físicos, desplazamientos, que ponen en evidencia, lugares de poder y autoridad. Situaciones similares suceden cuando ingresa un Pastor pentecostal al Pabellón 3 y al de Madres.
Es el modo de consumo de bienes religiosos lo que las mueve, más que una doctrina o mandato en particular. De allí las dificultades en la conformación de pabellones exclusivos a una determinada denominación de culto.
La llegada de Leda generó el consumo del bien religioso por parte de todas las personas que habitan el pabellón 1, más allá de la denominación de culto a la que le pueden prestar mayor dedicación durante lo ordinario de las semanas.
*Universidad Nacional de Rosario – Argentina