El ferry que enlazó El Salvador con Costa Rica durante varios viajes fracasó en el empeño de establecerse como un medio de transporte de comercio y de turistas, según confirmaron fuentes oficiales.
La información de la empresa en Costa Rica planteó de forma categórica que el barco ya cruzó el Atlántico y se acabó un negocio que fue una pesadilla, algo que en otras palabras es una suspensión de actividades de forma indefinida.
El servicio del ferri se suspendió de manera indefinida después de cuatro meses de operaciones que no lograron despegar, confirmó Óscar Álvarez, gerente general de Marinsa, al diario costarricense La Nación citado aquí por medios locales.
La embarcación ya no vuelve más, casualmente el lunes cruzó el Canal de Panamá hacia el Atlántico, aseveró el vocero de Marinsa, parte del consorcio ILG Logistics que en noviembre pasado asumió la representación legal de Blue Wave en Costa Rica.
La nave inicio su complicado empeño con mucho entusiasmo entre las autoridades del gobierno del presidente Nayib Bukele. Sin embargo en su casi cuatro meses de operaciones de carga nunca hizo un viaje con su capacidad cubierta desde el Puerto La Unión en El Salvador a puerto Caldera, en Costa Rica.
Aunque la ruta marítima evitaba recorrer cientos de kilómetros por territorio hondureño y nicaragüense, para buscar agilizar el flujo de exportaciones y la movilización entre ambas naciones, el empeño no fructificó, y al parecer los planes de utilizarla para viajes turísticos entre ambos países jamás se concretó.
En un inicio las empresas exportadoras se declararon optimistas porque veían una ventana de oportunidades comerciales pero los transportistas advirtieron que «no era viable porque eleva los costos».
La Corporación de Exportadores (COEXPORT) y la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), recomendaban a sus socios usar el transbordador como una alternativa logística para contribuir a mejorar el flujo comercial entre El Salvador y Costa Rica, una iniciativa que tardó más de dos décadas en materializarse.
El plan era evitar los tramites y esperar horas en los puestos fronterizos, minimizar el riesgo de robos, asaltos, bloqueos, problemas de carreteras, sobre todo minimiza el tiempo en tránsito llegando a su punto final en menos tiempo”, según decía la presidenta de COEXPORT, Silvia Cuellar.
Hasta ahora la principal causa del fracaso del proyecto fue su elevado costo de movilización de las cargas cuya tarifa regular estaba entre los mil 145 por una unidad de 10 metros y mil 360 dólares por un camión de 22 metros, incluido el cabezal.
El pasado 11 de diciembre, Coexport confirmó que el barco no salió en las últimas dos semanas por negociaciones entre la naviera y los empresarios para ajustar los fletes.
“El barco ya cruzó el Atlántico y pagó una suma muy alta por irse del Pacífico y olvidarse de este negocio que fue una pesadilla para él”, dijo una representante de los dueños de la embarcación para poner fin a una idea impulsada por el gobierno salvadoreño. (PL)