No existe diferencia entre psicópatas y políticos

John W. Whitehead, es un abogado constitucionalista y escritor estadounidense, fundador y presidente del Instituto Rutherford.     Escribe el artículo “No vote por un psicópata: tiranía a manos de un gobierno psicópata”, en veinte de octubre de dos mil veinte.

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*

El contenido de este artículo aparece nuevamente el diez de enero de dos mil veinticuatro, bajo el título “Criminalidad en la Casa Blanca: el ascenso del psicópata político”. En esta segunda publicación, su coautora es Nisa Whitehead, directora ejecutiva del Instituto Rutherford.

El contenido de ambos titulares se puede resumir en ocho ideas. La primera idea es, que no existe diferencia entre psicópata y políticos. Whitehead reseña que, hace veintitrés años, un periódico preguntaba ¿Cuál es la diferencia entre un político y un psicópata? La respuesta, antes como ahora, sigue siendo la misma: ninguna. Tanto psicópatas como políticos, tienden a ser egoístas, insensible, despiadados con los demás, irresponsables, mentirosos patológicos, simplistas, estafadores, carentes de remordimientos y superficiales. No hay diferencia entre los estragos causados, en vidas inocentes, por criminales y funcionarios que, mienten a sus electores.

La segunda idea del artículo de John y Nisa Whitehead es que, los políticos carismáticos, igual que psicópatas criminales, muestran incapacidad de aceptar la responsabilidad de sus acciones. Los psicópata políticos crean patocracias, es decir, sociedades totalitarias empeñadas en el poder, en el control y en la destrucción de la libertad de quienes ejercen sus libertades.

La tercera idea que se extrae del artículo de Whitehead es que, elegir a un psicópata para un cargo público equivale a un harakiri nacional. Es un acto ritualizado de auto aniquilación, auto destrucción y suicidio, con la desaparición del gobierno democrático. Y a pesar de la evidencia, los votantes siguen eligiendo a psicópatas, para posiciones de poder e influencia. Hay que indicar que, el psiquiatra salvadoreño, José Miguel Fortín Magaña, definió a Nayib Bukele, como psicópata y mitómano.

La cuarta idea del artículo analizado es que, cuando un gobierno ya no ve a sus ciudadanos como seres humanos con dignidad y valor, sino, como cosas que pueden ser manipuladas, estamos experimentando una patocracia. Ya no operamos bajo una república constitucional. El problema es que, la psicopatología, no se limita a los altos cargos del gobierno. Esta puede propagarse como un virus entre la población. Lo cual depende de cómo los líderes cultivan un sentido de identificación con sus seguidores. Los líderes hablan de nosotros en lugar de Yo. Los líderes tratan de cultivar ese sentido de identidad compartida, para que la gente quiera actuar en términos de ese “nosotros”. De esa manera, nos vamos convirtiendo en esclavos de una maquina gubernamental totalitaria.

La quinta idea encontrada es que, la resistencia a tales regímenes, depende de la fuerza de las opiniones mentales de quienes decidan contra atacar. Una de las mejores curas contra los malos lideres es, la democracia política. Esto significa, responsabilizar a los políticos de sus acciones y las acciones de su personal. Medios disponibles para ello es, el periodismo de investigación que esclarece e informa, a través de denuncias que expongan la corrupción, a través de demandas que cuestionen la mala conducta, protestas y acciones políticas masivas que recuerden a los poderes facticos que, nosotros, el pueblo, tomamos las decisiones.

La sexta idea extraída del artículo de Whitehead es que, la educación precede a la acción, los ciudadanos deben informarse sobre lo que está haciendo el gobierno y exigirle responsabilidades. Los ciudadanos deben de exponerse a múltiples fuentes de medios. Ya sea independientes o convencionales que lo lleven a pensar por sí mismos.

La séptima idea del artículo es que, un sistema que responsabilice a las personas ante la sociedad, es una de las mejores maneras de mantener bajo control, a las personas sin conciencia. Whitehead dice, si permitimos que las urnas se conviertan en nuestro único medio para hacer frente al Estado Policial, la batalla ya está perdida.

Y la octava idea es que, nuestras libertades, no provienen del gobierno, son inseparables a nosotros. El propósito del gobierno no es socavar nuestras libertades, sino, salvaguardarlas. Hasta que podamos volver a esta forma de pensar, seguiremos siendo esclavos de un Estado Policial burocrático, dirigido por psicópatas políticos.

*Psicólogo salvadoreño

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