El monólogo del golpismo

Cada vez más espacios con los que la ciudadanía contaba para informarse están limitando su oferta, pues la asfixia económica a la que los ha sometido el régimen como la persecución a la que los ha cebado, los llevó a su límite.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Y es que al anular el régimen al estado y sus instituciones, imponiéndonos los patrones del modelo estadounidense que configura al estado de acuerdo a la figura presidencial en cada período, pero pasando por alto que aquello se corresponde con los méritos de cada nuevo funcionario para ejercer como designado, lo que ha logrado no es la supuesta gobernanza de aquel país, que se corresponde no solo con la idiosincrasia, la cultura y la legislación de aquella nación, sino el retroceso a un estadio fascista de nuestro desarrollo sociocultural, agravado con la visión neoliberal y mercantilista que le ha imprimido al país esta malograda dirección, que muy probablemente nos conduce ya a una nueva conflagración social derivada de su desidia e incapacidad mal disimulada bajo el sustento y la amenaza de las armas del ejército.

Para sostener el monólogo que de acuerdo al cálculo del régimen es necesario para alienar a la población en su favor, anula las fuentes alternativas que, según este, sean disidentes y por extensión subversivas, para lo que adelantado una campaña por desinformativa orientada sólo a legitimar la figura del golpismo, por un lado, mientras por otro atenta contra la seguridad personal de quienes opinen y señalen los delitos del régimen.

Así se vale de un irregular manejo de los recursos públicos para imponer mediante su uso discrecional, su discurso en los diferentes escenarios a los que la población accede, presentando información que está además en extremo maquillada, favorecedora del golpismo.

Por supuesto semejante desviado y perverso cálculo reditúo al régimen algún beneficio propagandístico reflejado en el delirio que en sus momentos iniciales el régimen suscitó entre la población en virtud a su idiosincrasia y cultura, pero tan sesgada valoración derivada de los prejuicios de índole étnica que animan al régimen ha pasado por alto no solo el hecho de que los pueblos no viven de propaganda, que tiene que comer y vivir además de aplaudir a sus ídolos, pero además, el que el nuestro es un pueblo que comprende que los regímenes de corte autoritario e ilegales como éste, son insostenibles en el tiempo, por lo corrupto e inepto que resultan ser, y por el incontestable hecho de sus dominios terminan donde las armas dejan de serle leales.
Así las cosas, la cuestión de la institucionalidad ha de ser un tema que mas temprano que tarde deberá ser puesto sobre la mesa, pues la condición de desinstitucionalización a la que nos ha conducido el régimen simple y llanamente no ha atraído ninguna inversión, lo que para un país que no produce nada supone un salto al suicidio.

Si el golpismo quiere hundirse y con él sus incondicionales no es problema, pero ciertamente no es opción para nuestro pueblo.
¿O sí?

*Educador salvadoreño

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